¿Puede alguna persona
medianamente razonable, creer que los conflictos, manifestaciones,
tumultos y enfrentamientos con la policía pueden surgir
espontáneamente, sin preparación, a no ser que algún colectivo u
organización canalice la corriente vociferante en la dirección
deseada?
¿Puede alguna persona,
medianamente informada, creerse que los pirómanos callejeros son
trabajadores en paro, desesperados por encontrar un puesto de
trabajo, que expresan de esta forma su repulsa a un gobierno que
votaron hace 180 días tan solo?
¿Qué se persigue con
fomentar esta agitación callejera?; ¿que llegue a ocurrir algo
similar a lo ocurrido en San Petersburgo el 22 de enero de 1905, pero
a nivel mucísimo menos trágico?.
En España hemos
sobrepasado los seis millones de obreros en paro, y si contamos los
millones de jóvenes sin empleo, sobrepasamos en mucho esta cifra.
Hace 180 días ya estaban estas aterradoras cifras y el Gobierno era
otro. ¿ Dónde estaban esos manifestantes hace solo 180 días?.
Cuando los sindicatos, esos
que promueven la rebelión callejera y la huelga general tengan el
poder de convocatoria suficiente para colocar todos esos millones de
seres en las calles, dudo que España aguante ni un minuto más
empeñada en salir del pozo en el que la ha metido esa izquierda
radical, mentirosa y revanchista en la que los sindicatos tienen un
lugar preferente y destacado.
Según éllos, cuentan con
340.000 representantes sindicales en toda España entre los sectores
público y privado; 290.000 pertenecen al sector privado y 50.000 al
público.
Como soy libre de pensar,
me barrunto que los "folloneros" de la calle están
formados por algunos del sector privado y la totalidad de los
pertenecientes al sector público, figurando en lugar destacado los
"liberados sindicales", preparando entre todos la ocasión
para que, docenas de verdaderos vándalos, ajenos por completo al
trabajo y con los rostros ocultos, se mezclan en los conflictos, con
lo que viendo los reportajes televisivos, parece que TODA ESPAÑA
esté alzada en armas contra el Gobierno, cosa que los buenos
españoles saben no ser cierta, pues los obreros del 2012, no aceptan
una propaganda manipulada como era aceptada cándidamente por los
obreros de 1930.
En España sobran
sindicatos y sindicalistas. En tiempos del franquismo, los "enlaces
sindicales" de entonces dejábamos el trabajo para reunirnos en
el Sindicato Vertical teniendo las horas pagadas, con lo que las
reuniones se alargaban bastante. ¡Cuantas veces me he preguntado,
qué hacíamos en esas reuniones aparte de perder el tiempo!, (era
joven entonces y no llegaba a comprender que esas reuniones servían
como excusa para fomentar proselitismo e ideas antifranquistas), un
tiempo que suplían los compañeros que ocupaban nuestros puestos.
Los "sindicalistas políticos" me son conocidos de años.
Hablan mucho, y trabajan poco, pero dan la sensación de ser
necesarios e imprescindibles, cosa bastante discutible.
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