lunes, 5 de octubre de 2009

¡Así escribe la historia el PSOE!


Hago mías las frases que el señor Miguel Massanet Bosch plasma en su artículo del periódico Ya.es. Creo que no se opondrá a que las incluya en mi blog.Gracias.

Los romanos denominaban como “bárbaros” a todos aquellos que no eran considerados como ciudadanos del imperio, es decir, a todos los que vivían fuera de las fronteras del gran Imperio Romano. Pero su uso corriente no implicaba menosprecio alguno ni intención de considerar, a quienes hacían alusión, como menos cultos, inteligentes o aguerridos, sino conceptuarlos como extranjeros, personas que no tenían la ciudadanía romana. Sin embargo, en nuestros tiempos, el atribuir el apelativo de “bárbaro” a alguna persona, ha adquirido otra significación menos amable, porque comúnmente, en lenguaje coloquial, su significado abarca, entre otras, la consideración de cruel, fiero, inculto, grosero y tosco. Hecha esta aclaración, no me queda más remedio que referirme al gran caudillo de los Hunos, el señor Atila, para intentar comparar su fama de que, por donde pasaba su caballo (algunos dicen que se llamaba Othar), no volvía a crecer la hierba –en una clara metáfora de su política de tierra quemada que solía practicar en los territorios por donde sus hordas salvajes irrumpían – con estas otras hordas socialistas, dirigidas por ZP, que quieren hacer lo mismo que hacía Atila, pero no con las hierbas como hacía su caballo, sino con la propia Historia de España.

Ha sido como si, el afán revanchista; la vergüenza de haber sufrido una derrota ignominiosa; la plena conciencia de que la guerra se perdió más por los errores de sus caudillos que por la pericia del enemigo; la evidencia de que fueron incapaces de echar al general Franco durante 40 años y la pírrica, humillante y deslucida realidad de que tuvieron que esperar a que falleciera en su cama para atreverse a enfrentarse a su memoria; les hubiera inducido, sabedores del denigrante papel de aquella Segunda República, a recoger el testigo de aquel Frente Popular que tanto denigró la memoria de la II República para, reconcomidos en su amargura, empeñarse en borrar todos aquellos símbolos y recuerdos que permanecen vivos en los recuerdos, documentos, instituciones, museos y en la misma geografía patria que, para ellos, no son más que motivos de revancha, venganza y odio. Sólo así se pueden explicar algunas cosas que el gobierno del señor ZP se está empeñando en poner en marcha, una de las cuales y puede que una de las más abominables intrigas que se están perpetrando, es aquella de la promulgación de la Ley de la Memoria Histórica. Amparados por esta supuesta capa de legalidad ya algunos jueces, como el señor Garzón y el señor Pedraz, han intentado contribuir a la confusión generada, pretendiendo promover un gran juicio para juzgar el franquismo como el único culpable de la Guerra Civil, excusando a la otra parte a la que, antes del Juicio, ya absolvieron por el sólo hecho de haber pertenecido al bando republicano.

Pero el señor ZP, tan pródigo con el dinero de los contribuyentes, no tuvo empacho alguno en formar un “tribunal” ad hoc, integrado exclusivamente por personalidades (muchas de ellas que tuvieron algo que ver en aquellos eventos) de reconocidas tendencias izquierdistas y simpatizantes del bando de los perdedores. ¡Con estos elementos y, dando por supuesto que, con semejantes personajes, le sería fácil reescribir la historia de la Guerra Civil, convirtiendo a los vencedores en criminales y a los perdedores en víctimas!; nuestro Presidente, el de “todos los españoles”, ha empezado a crear las bases para que todos acabemos enfrentándonos de nuevo. Claro que, no debemos perder de vista que, Rodríguez Zapatero, está en una situación muy delicada, al borde del colapso de su política y gobernando la nación con apoyos muy inestables en el Parlamento, lo que le obliga a contentar a los pequeños partidos de la extrema izquierda y a los separatistas; sin los cuales no tendría manera de sacar adelante unos Presupuestos Generales del Estado para el 2010, unánimemente, considerados como la mayor chapuza de nuestra Historia. La consigna que ZP ha dado a su partido y a su Ejecutivo, es poner en marcha la caldera del humo para distraer a la parroquia e intentar disimular el que España, si no rectifica, está condenadas a la catástrofe económica; como ya se le ha dicho, por activa y por pasiva, desde todas las instancias internacionales, la última, el FMI, cuyos pronósticos para el futuro de España ponen los vellos como escarpias.

El caso Gürtel; la Ley del aborto; los informes de la policía (aquí el señor Rubalcaba, nuestro Rasputín nacional, se mueve como pez en el agua); la rendición incondicional ante ERC; la impunidad de los referendos separatistas en Catalunya; las andanzas de ZP por el extranjero, en busca de fotografías con los mandatarios del resto del Mundo; la forma “exquisita” como trata a los Sindicatos y su sumisión a sus exigencias; la demagogia de todos los miembros del Ejecutivo, intentando vendernos que la subida de impuestos es necesaria, si bien se callan los motivos por los que, las empresas, no han podido elevar el vuelo y siguen cayendo; con lo que el desempleo ya se ha desbocado rumbo al 20%. ¡No saben como pagar a los desempleados, ni como atender los intereses de la Deuda Pública ni como cubrir el Déficit Presupuestario ni como conseguir que los Bancos den créditos! Están atrapados en su propia incompetencia y se agitan en este maremagnum como aquel que no sabe nadar e intenta mantenerse a flote. Al acecho permanecen, confiados y seguros de su poder, los del PNV, el señor Puigcercós de ERC, el señor Mas de CIU y toda la corte de filibusteros de la política, esperando poner precio a su colaboración con el Ejecutivo, que sabe que no le va a quedar más remedio que ceder a su chantaje.

Pero entre tanto, vean a la señora Chacón, siguiendo la misión que le encomendó ZP, de ir poniendo piedras en el camino del Ejército; hablando de “misiones de paz” y no de guerra, como sucede en Afganistán; ascendiendo a los militares que les son afines y postergando a los que debieran haberlo sido. Lo último: eliminar del Alcázar de Toledo, este referente al heroísmo de un grupo de españoles –esta gesta de uno pocos militares y paisanos que resistieron heroicamente a un grupo de adversarios más numeroso, mejor armado y que recurrió a todas las martingalas y argucias para conquistar el Alcázar, pero que no pudieron torcer la voluntad de resistir de a aquel grupo de patriotas –, todos aquellos vestigios y huellas del asedio de la Guerra Civil. Se desmontará la colección de recuerdos de la batalla y, en su lugar, se instalará el Museo del Ejercito que, por cierto es visitado diez veces menos que la exposición Toledana. ¿Y los militares que opinan de todo esto? Me temo que la sangre de algunos debe hervir como la mía, pero debemos reconocer que en España ya se ha conseguido erradicar cualquier asomo de patriotismo y se ha instalado, en la mayoría de españoles, este relativismo, esta suerte de “pasotismo” fruto de la enseñanza que hoy se da a los jóvenes, en la que es más importante “saberse manosear los unos con los otros y averiguar si se es homosexual o heterosexual” que el sentir amor por la patria. Pero, no quedan aquí las cosas porque la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (será para cambiarla) ha pedido al Gobierno que saque los restos de Franco del Valle de los Caídos. Sin comentario.