martes, 29 de septiembre de 2009

Pacto de Estado


Estoy hasta la coronilla de oir a todas horas, y en todos los medios audiovisiales, que España necesita urgentemente “ un gran pacto de estado” para poder salir de esta infernal crisis que el presidente del Estado de las Autonomías ha propiciado y de la que no sabe salir, repito: NO SABE SALIR, y para más datos, NO QUIERE SALIR.

Ante tal disyuntiva, los grandes pensadores nacionales y extranjeros, proclaman a los cuatro vientos que la única forma de solucionar este desaguisado es que las dos fuerzas políticas mayoritarias se unan en un sincero abrazo, y decidan lo más conveniente para que la recuperación se produzca en el menor tiempo posible.

No soy economista, pero lo suplo con sentido común. El mayor disparate ocurrido en la redacción de la Constitución fué dividir una sola nación llamada España, en diecisiete pequeñas regiones, cada una con sus respectivos gobiernos y ministerios, aunque en vez de llamarlas por su verdadero nombre, o sea taifas, las bautizaron con un nombre más adecuado y políticamente más correcto: “autonomías”.

Estos diesiete engendros, para lo único que han servido, aparte de generar la insolidaridad entre los ciudadanos de este país, es para generar un monstruoso gasto, el cual permite que una clase más politizada que política, esté disfrutando de los placeres de la vida muelle sin preocuparse lo más mínimo por la indigencia que sufren otros de sus conciudadanos, menos favorecidos por esa DÁDIVA, llamada prebenda política

La facción política a la que pertenece nuestro actual presidente, un tal Rodríguez Zapatero, no ha sido nunca conocida por ser creadora de prosperidad y bienestar, muy al contrario, si se la conoce en el mundo es precisamente por todo lo contrario : la creación de pobreza y bolsas de indigentes en busca de un trabajo renumerador que les permita vivir una vida digna. Esa y no otra, es su conocida seña de identidad.

Por todo lo dicho, no creo que exista la más mínima posibilidad de unión de criterios entre la referida facción y la que piensa de modo completamente diferente. Donde hay bienestar y riqueza es difícil, por no decir imposible, que triunfen las ideas marxistas y socializantes, y ésta es la razón, por la que el socialismo, empeñado en empobrecer España con el fin de crear un electorado subvencionado, el cual le permita eternizarse en el poder, nunca aceptará unirse para mejorar la deriva española hacia el abismo de la bancarrota.

“ Que me quiten lo bailao “ ; esta frase, tan española, la tienen grabada a fuego en su frente todos los políticos y polítiquillos de este país, antes llamado gloriosamente ESPAÑA.