lunes, 24 de febrero de 2014

Alcoy durante la Guerra Civil

Estoy leyendo un libro que narra lo sucedido en una ciudad del levante español llamada Alcoy durante los cerca de tres años que duró nuestra guerra civil.
total impactos de los siete bombardeos
Su autor, se basa concretamente en los datos que aparecían en el periódico local y provincial de aquellas fechas. Sucesos, defunciones, desapariciones, nombres etc. representan un excelente trabajo que saca a la luz lo que ocurrió desde 1936 hasta 1939. Hay que tener en cuenta que esta ciudad no estuvo en la zona conflictiva, pues en lo referente a hechos de carácter militar, solo al final del año 1939 sufrió unos cuantos ataques aéreos de bombardeo, más que nada, por ser una ciudad que proporcionaba armamento en sus talleres de fundición.
Leyendo lo ocurrido en esta población, me figuro lo que debió ocurrir en el resto de pueblos y ciudades de España durante los meses que duró el conflicto.
Hay tres aspectos del comportamiento de los autollamados “antifascistas” que se dió por igual en todos los lugares donde ejercieron su influencia: su fobia anticatólica, su ambición por un poder controlador y su afán por disfrutar de los lujos y comodidades.
Para conseguir el primero de los señalados, se dedicaron sin freno a la destrucción de templos, conventos, bibliotecas y objetos de culto. Así como arrasaron lienzos, imágenes y murales que por si mismos tenían un valor incalculable y que se perdieron para siempre, privando a las generaciones futuras del disfrute de los mismos.
Para completar la forma de expresar "su cultura” de la que siempre presumían (y presumen), acompañaron las destrucciones con el sadismo, salvajismo, y brutalidad de la que eran capaces en el martirio, antes de darles muerte, a millares de sacerdores, prelados, monjas y seglares por el solo hecho de creer en Dios.
Para el segundo de los conceptos que señalo, apenas tuvieron conocimiento del levantamiento del Ejército en Canarias, sin esperar orden alguna, tomaron el mando de la población, le quitaron toda la autoridad al alcalde y se formó un COMITÉ, el cual era dueño y señor de vidas y haciendas en la población, y lo mismo pasó en el resto de las poblaciones españolas donde tuvieron la desgracia de sufrir esos comités durante toda la guerra.
La mayor parte de asesinatos ocurridos en la retaguardia republicana fueron debidos a las órdenes dictadas por esos comités. A mi abuelo paterno, obrero textil, sin filiación política alguna, pero perteneciente a una familia creyente católica, lo sacó de la fila en la que lo llevaban a la cheka correspondiente, un miliciano que lo conocía de toda la vida y que no dudó en hablar a su favor, con lo cual le salvó la vida. Por eso es digno de reseñar que aún en las filas de los SIN DIOS, existe el impulso que guía a efectuar una buena obra; ese impulso tiene un nombre y ese nombre es CARIDAD.
Pero retomando el hilo, no es de extrañar que al finalizar la contienda, los integrantes de comités y sus verdugos, todos conocidos por la población, fuesen debidamente encarcelados o ajusticiados con arreglo a sus acciones cometidas. Esos desalmados tuvieron una cosa que no ofrecieron a sus asesinados: un juicio. Puede que no fuese un juicio completamente imparcial, pero de lo que no cabe duda, es que se fusiló a quien tenía delitos de sangre inocente. Dos tíos, y hasta mi padre, todos integrados en el Ejército Republicano, regresaron a sus casas después de la guerra.
Y llegamos al tercero de los comportamientos antifascistas, o sea, su afán por disfrutar de los lujos y comodidades.
Como resultado del concepto anterior, muchas personas que llamaremos de “derechas”, por temor a ser “paseadas”, o sea, asesinadas, apenas tuvieron ocasión se marcharon o escondieron, dejando sus viviendas y enseres abandonados. Pero no estuvieron abandonados mucho tiempo; los envidiosos se apoderaron de todo. En las balconadas y ventanales se podían observar las caras satisfechas de los esposas o “amigas” de los nuevos amos, los que sin esfuerzo se creían con derecho a disfrutar de todo aquello que les había sido negado, bajo la falsa razón de que todo había salido del sudor de los obreros.
Los centros de producción fueron requisados y sus dueños, en el mejor de los casos, conservados con vida para que trabajasen como cualquier obrero asesorando a los que se sentaban en los despachos sin entender, es un decir, para qué servía un lápiz.
Los oficios fueron “socializados”. Textil, Metalurgia, Madera, Prensa escrita, Arte, etc. todo tuvo que socializarse. No podía haber un artista autónomo, ni un zapatero, ni un empresario textil. Nadie podía trabajar por su cuenta y riesgo; tenía que pertenecer al gremio correspondiente, el cual estaba socialistado y controlado por el COMITÉ.
Así era la vida diaria en los pueblos bajo el poder de los sindicatos y partidos como la CNT, FAI, PC, POUM, PS, etc.etc. o sea, los amantes de la DICTADURA DEL PROLETARIADO.
De cuando en cuando, hay que recordarles a las nuevas generaciones, esas que han crecido bajo las falsedades contadas por la izquierda cavernícola y trasnochada, que és lo que pasó realmente cuando sobrevino el Alzamiento Nacional para frenar esa dictadura que deseaba instalarse en España y que hoy, en el año de gracia del 2014, parece que está a punto de conseguir, con un mayoría de jóvenes relativistas sin principios y una Iglesia que ha olvidado su permanencia en España durante 70 años gracias al fruto de los que fueron sus mártires, olvidados como otras tantas cosas.

martes, 18 de febrero de 2014

¿ Qué sera de nuestros adolescentes ?

Cuando leo los comentarios de la prensa, los post de los foros, los comentarios en respuesta a los artículos de periodistas y los libros que diariamente se están publicando sobre nuestra política actual, referida a la política que ejercen todas las naciones de este planeta, me viene a la mente la pregunta con la que titulo este comentario.
Existen informaciones que solo duran en la memoria de la gente el tiempo que se dedica a leer dicha información, al día siguiente ya no existirán las noticias sobre ese crimen, ese rapto, esa violación o ese asalto con violencia, ya que al no ser una información comentada o discutida por la población, quedará impune.
Lo mismo que ocurrió, y que tampoco tuvieron mayor eco, los sucesivos presbíteros y diáconos de la Iglesia caldea asesinados, las empresas de cristianas destruidas, la quema de iglesias y de Biblias, o las adolescentes cristianas que son rapadas y violadas (si no matadas) por no ir con velo.
Por otro lado, informaciones sobre que el Vaticano negocia con Turquía y apoya su entrada en la UE, o que el Papa recibe a una delegación musulmana, también que Sevilla tendrá mezquita en 2010, y que la población de Bruselas será mayoritariamente musulmana en 2010, o se construirá la primera mezquita en el Círculo Polar Ártico, también que los países árabes boicotean el Salón del Libro de París, asi como que los ministros de la UE aprueban la construcción de la Unión Mediterránea… etc.etc.
Todas estas informaciones, son como una lluvia de meteoritos sobre nuestras cabezas. Nos golpean todas casi al mismo tiempo y no disponemos de tiempo material para digerirlas, estudiarlas, comentarlas. Las mismas empresas de la información se encargan de que apenas se ha leído una, ya tengas a la vista otra diferente.
Y aquí está el peligro. No nos damos cuenta que, mezcladas entre esa cantidad de información, llegan las noticias de la ocupación, lenta pero constante, de nuestra forma de entender la moral y la vida, para ir cambiándola por otra muy diferente.
Deseo de todo corazón que esté equivocado, aunque lo dudo, ya que lo que demuestran nuestros representantes políticos , los de todas las democracias occidentales , es que se han dejado seducir por los petrodólares o los petroeuros, como queramos llamarles, y están consintiendo que Occidente sea poco a poco conquistado , y sin derramar sangre, por un Islam ansioso de poder.
Puede que nuestras mujeres tengan que vestir el sayón que las envuelve por completo, y que solo se vean los ojos en su cubierta cara, pero lo que no podré soportar nunca es ver como un montón de bestias humanas apedrean a una mujer por serle infiel al marido. Si en la actualidad tuviésemos en Occidente esas leyes, no habría bastantes piedras en los campos, sobre todo para ajusticiar a las hembras de nuestros dirigentes occidentales, tanto a éllas como a éllos.
Preparémonos para lo inevitable. O eso, o la rebelión cívica.

Se acabó la ilusión


Lo siento. En muy poco espacio de tiempo dos personas, a las que creía con las ideas claras respecto a nuestra España me han desilusionado. Y no tengo la menor duda que todo ha sucedido a raiz del fracaso electoral del día 9 de marzo.

Por un lado nuestro soberano, D.Juan Carlos de Borbón, el cual ha expresado sus preferencias por Rodríguez Zapatero, el socialista que está llevando a nuestra nación al desguace, alagando su vanidad de éste al expresar en público que es un hombre “integro” y que “sabe perfectamente hacia donde vá”. No sé si son las palabras exactas, pero en síntesis era esto lo que expresó nuestro Rey.

Por otro lado el presidente del Partido Popular, el Sr. Rajoy, el cual, no sé porqué, está llevando a su partido hacia la desintegración, con la consiguiente alegría de los socialistas.

Rajoy quiere ejercer una oposición constructiva, precisamente ante un adversario que le importa un rábano la deriva de la nave española. En vez de sacar defectos y acusar de fallos garrafales al Ejecutivo, el Sr. Rajoy se ha empeñado en querer ayudar a que puedan solucionar sus problemas los socialistas, apoyando unas actitudes que no están de acuerdo con el pensamiento de la inmensa mayoría de los que le votamos.

Y es por estas dos actitudes, la del Rey y la del Sr. Rajoy, por lo que me siento burlado en mis más nobles deseos para con nuestra Patria. Aparte de burlado me considero ofendido , lo siento.

Ahora, como miles y miles de españoles que se encuentran en mi misma situación, no sé que actitud política tomar. Si no me gusta “ésta” izquierda y me falla “ésta” derecha, me quedo huérfano.

¡ Señor ! ¡ Que falta nos hace un verdadero ESPAÑOL, que pueda poner orden en este charco infecto lleno de ranas que se ha convertido nuestro suelo !


La III República la tenemos cada día más cerca.

Sr. Rajoy, ¡ así se pierde el voto !


Tras 29 años de militancia
Exclusiva del diario ya.es:

Tras 29 años de militancia. Carta de la hija del General Yague solicitando la baja en el Partido Popular

Son muchas las razones que me motivan a dar este paso, porque 29 años de militancia pesan y mucho, sobre todo cuando tengo en mi haber una dedicación plena, desinteresada y siento el orgullo del deber cumplido.

El mal trato que he recibido de mis compañeros de partido, en relación con la demolición del Monumento al General Yagüe en su pueblo natal.

Los silencios injustificados de todos aquellos que por muchas causas debían haber hablado.

Las vejaciones recibidas (elecciones a compromisarios congreso provincial) que las encajé como una señora, porque lo soy.

El comentario del presidente regional y presidente de la Junta de Castilla y León hecha de una manera gratuita al alcalde de mi pueblo. (Adjunto la carta de fecha 6 de abril).

El silencio de la presidenta provincial sobre mi petición de abrir un expediente informativo sobre lo que está pasando en San Leonardo de Yagüe siendo todo muy grave lo que es más grave es:

La situación que el alcalde de San Leonardo de Yagüe, con su escaso talante democrático, ha sembrado en su pueblo, de desunión, de romper la paz social que debe reinar en todas los sitios, mintiendo descaradamente a la hora de plantear y relatar los hechos

De cerrar las puertas a otros que queremos trabajar en nuestro pueblo porque tenemos derecho a ello.

Por ponernos en la situación de tener que acudir a los tribunales de justicia, porque su cerrazón nos ha obligado a ello por todo esto:

No puedo permanecer por más tiempo en las filas del Partido Popular.

Pero a todas estas razones, que para mí son muy importantes, añado que el Partido Popular ha perdido el norte en sus actuaciones y ha dejado de defender los principios que fueron la razón de pedir mi ingreso en Alianza Popular en el año 1980 y tener con orgullo el carné número 1005 a nivel nacional. La postura del PP en materia, por ejemplo, de aborto, uniones de homosexuales, memoria histórica y defensa de la unidad de España es totalmente inadmisible.

Esto no es una sensación personal, hablen con la gente, pisen la calle, escuchen a los que dicen la verdad, no aquellos que practican la técnica del incienso, y aunque yo no soy partidaria de las encuestas, si que las leo y por eso digo: “con la que está cayendo no es lógico que el PP no gane por mayoría absoluta”. Esto es su responsabilidad y a mí como española de a pie tengo la obligación de decirlo y por supuesto lo seguiré diciendo.

Ruego que a la mayor brevedad se tramite mi petición de baja del Partido.

La interesada

María Eugenia Yagüe Martínez del Campo

Comparaciones odiosas

Todo lo que lean aquí abajo se ajusta a la realidad social, legal y política de España, a la muerte del Jefe del Estado en 1975. Si meditan sobre ello y lo imaginan aplicado a una sociedad moderna, culta, libre y formada, sin el autoritarismo del franquismo, verán ante ustedes un sistema que puede satisfacer el sueño de convivencia en paz, Justicia y libertad, de cualquier nación. Intuyo que en algún periodo futuro, la humanidad en pleno se regirá con medidas iguales o similares a estas. Pero eso será cuando se erradiquen de la faz de la tierra grupos y entidades secretas y no, corruptores y manipuladores de gobiernos y estados contra sus naciones con fines de poder y lucro. Franco nos aisló y protegió de ellos. Y lo odiaron y odian más que a ninguna otra persona del planeta.
Su Excelencia D.Francisco Franco Bahamonde
He aquí las pruebas de 1975 y la actualidad:

1) Paro: 510.500 desempleados. Tasa de paro: 3,78% (25% de paro en la actualidad)

2) 2ª potencia mundial en el sector servicios.

3) 9ª potencia industrial del mundo. La industria representaba en 1975 el 36% del PIB. En la actualidad no llega al 15% del PIB.

4) La economía productiva, estaba fuertemente protegida y aislada del mercado financiero.

5) Ley de bases de la Seguridad Social.

6) 515 embalses a lo largo y ancho de toda la geografía española.

7) Construcción de más de 9.000.000 de viviendas de Protección Oficial.



8) Clase Media: 56% de la población (43% en 2008).

9) Paga extra de Navidad.

10) Paga extra del 18 de Julio.

11) 700.000 funcionarios públicos. (Más de 3.000.000 en la actualidad).

12) 12,8% de deuda sobre el PIB (76% en la actualidad).

13) 21 universidades laborales y numerosas escuelas laborales.

14) 1 mes o 30 días naturales, de vacaciones retribuidas al año.

15) Tres niveles de ayudas a familias numerosas, según número de hijos.

16) Incremento mensual en nóminas, de pequeña cantidad en metálico, por cada hijo de cada trabajador/ra (Conocido como ‘Puntos’)

17) Retorno gratuito en medios de transportes públicos urbanos, en billetes expendidos hasta las 9:00 horas.
18) Todos los bienes privados, eran inembargables. (Art. 32 Fuero de Los Españoles).

19) Persecución implacable sobre toda forma de usura (Cap. IX—3º Fuero del Trabajo).

20) El trabajo tenía prioridad sobre cualquier otro aspecto. No se podía molestar u obstruir a personas en el ejercicio de su trabajo.

21) Los sueldos estaban totalmente exentos de retenciones y del pago de impuestos.

22) El Impuesto de Tráfico de Empresa, (ITE, actual IVA) era del 2%. (Actualmente se aplica el 21%).

23) La apertura de pequeños negocios o comercios apenas necesitaban requisitos legales más allá de seguridad e higiene.

24) Una única ley y normativa nacional, agilizaba y dinamizaba la economía productiva interterritorial.

25) Las diputaciones provinciales coordinaban la relación política entre estado y municipios, suplantando CC.AA a costo despreciable.
26) La austeridad del estado y el rigor en la aplicación de la ley, reducía los niveles de corrupción a despreciables.

27) Prohibición de interrumpir el suministro de agua, electricidad o carbón en hogares, por impago.

28) La total independencia del mercado productivo sobre el financiero y su protección contra la usura, arrojaba excelentes resultados contables empresariales y salariales, quedando 100% de la rentabilidad, en manos de los que generaban la riqueza.

29) El nivel adquisitivo de los españoles podía rondar entre 1.000% y 1.500% sobre el nivel adquisitivo actual.

30) 6 grandes carreteras nacionales más la de Toledo, incidían en la 1ª circunvalación M-30 de Madrid, conocidas como radiales, vertebraban el tráfico rodado de la red nacional de carreteras. (Posteriormente fueron desdobladas habilitándolas como autovías)

31) El domicilio de los españoles era inviolable. Nadie podía acceder sin su consentimiento u orden judicial. (Ahora policías con orden judicial revientan puertas y apalean moradores, antes de tirarlos a la calle, si se resisten a dejarse robar).
32) Los bajos niveles de delincuencia, casi despreciables, ofrecían alta seguridad en poblaciones y en todo el territorio nacional, 24 horas al día. Millones de hogares, templos y otros, nunca usaban llaves en sus puertas.

33) La entrega de viviendas de Protección Oficial, era rigurosamente selectiva, previo informes de autoridades locales, y bajo precios que rondaban entre nada y poco más que simbólicos, en función de circunstancia y número de hijos.

34) Dada la autosuficiencia financiera del grueso de la economía productiva, la incidencia en la inflación interna era muy baja ayudando a soportar las fluctuaciones del mercado externo.

35) Las garantías sobre el estado de bienestar creado, recaían sobre el sindicato vertical gestionado por FE y las JONS, como precursores y creadores del mismo.

Fuente infonacional.com

Después de 35 años "democráticos" ¿En qué hemos mejorado? pero .....¡¡¡ qué malo era Franco !!!.

Discurso de José Antonio

DISCURSO PRONUNCIADO EN EL CINE MADRID, DE MADRID, EL DIA 19 DE MAYO DE 1935 POR JOSE ANTONIO PRIMO DE RIVERA

Camaradas: El acto de la Comedia, del que se ha hablado aquí esta mañana varias veces, fue un preludio. Tenía el calor y todavía, si queréis, la irresponsabilidad de la infancia. Este de hoy es un acto cargado de gravísima responsabilidad; es el acto de rendición de cuentas de una larga jornada de año y medio, y principio de una nueva etapa que, ciertamente, terminará con el triunfo definitivo de la Falange Española de las J.0.N.S. en España. Junto a esta piedra miliar de nuestro camino se nos exige, ya de cara a la Historia, un rigor de precisión y emplazamiento, que es el deber mío, en esta mañana de hoy, aunque al cumplimiento de ese deber sacrifique alguna brillantez que, acaso, pudiera conseguir y parte del gratísimo halago del aplauso vuestro.

Nuestro movimiento –y cuando hablo de nuestro movimiento me refiero lo mismo al inicial de Falange Española que al inicial de las J.0.N.S., puesto que ambos están ya irremisiblemente fundidos– empalma, como ha dicho muy bien Onésimo Redondo, con la revolución del 14 de abril. La ocasión de nuestra aparición sobre España fue el 14 de abril de 1931. Esta fecha –todos lo sabéis– ha sido mirada desde muy distintos puntos de vista; ha sido, como todas las fechas históricas, contemplada con bastante torpeza y con bastante zafiedad. Nosotros, que estamos tan lejos de los rompedores de escudos en las fachadas como los que sienten solamente la nostalgia de los rigores palaciegos, tenemos que valorar exactamente, de cara –lo repito– a la Historia, el sentido del 14 de abril en relación con nuestro movimiento.
Añadir leyenda
El 14 de abril de 1931 –hay que reconocerlo, en verdad– no fue derribada la Monarquía española. La Monarquía española había sido el instrumento histórico de ejecución de uno de los más grandes sentidos universales. Había fundado y sostenido un Imperio, y lo había fundado y sostenido, cabalmente, por lo que constituía su fundamental virtud; por representar la unidad de mando. Sin la unidad de mando no se va a parte alguna. Pero la Monarquía dejó de ser unidad de mando hacía bastante tiempo: en Felipe III, el rey ya no mandaba; el rey seguía siendo el signo aparente, mas el ejercicio del Poder decayó en manos de validos, en manos de ministros: de Lerma, de Olivares, de Aranda, de Godoy. Cuando llega Carlos VI la Monarquía ya no es más que un simulacro sin sustancia. La Monarquía, que empezó en los campamentos, se ha recluido en las Cortes; el pueblo español es implacablemente realista; el pueblo español, que exige a sus santos patronos que le traigan la lluvia cuando hace falta, y si no se la traen los vuelve de espaldas en el altar; el pueblo español, repito, no entendía este simulacro de la Monarquía sin Poder; por eso el 14 de abril de 1931 aquel simulacro cayó de su sitio sin que entrase en lucha siquiera un piquete de alabarderos.

Pero ¿qué advino entonces? Pocas veces habrá habido un instante más propicio para iniciar, concluido uno, un nuevo y gran capítulo de la Historia patria. Cabalmente, aquel sentido incruento del 14 de abril, aquello de que se hubiera desprendido una situación sin sangre y sin daño, casi sin duelo, colocaba de cara a una ancha llanura histórica donde galopar. No había que sustanciar resentimientos, no había que ejecutar justicias, no había apenas que enjugar lágrimas. Se abría por delante una clara esperanza para todo un pueblo; vosotros recordáis la alegría del 14 de abril, y seguramente muchos de vosotros tomasteis parte en aquella alegría. Como todas las alegrías populares, era imprecisa, no percibía su propia explicación; pero tenía debajo, como todos los movimientos populares, muy exactas y muy hondas precisiones. La alegría del 14 de abril, una vez más, era el reencuentro del pueblo español con la vieja nostalgia de su revolución pendiente. El pueblo español necesita su revolución y creyó que la había conseguido el 14 de abril de 1931; creyó que la había conseguido porque le pareció que esa fecha le prometía sus dos grandes cosas, largamente anheladas: primero, la devolución de un espíritu nacional colectivo; después, la implantación de una base material, humana, de convivencia entre los españoles.

¿Era mucho que se esperase un sentido nacional colectivo de los hombres del 14 de abril? Muchas cosas podrían decirse en contra suya; pero acaso algunas de esas mismas cosas fueran la mejor fianza de su fecundidad. Los hombres del 14 de abril pareció que llegaban de vuelta al patriotismo y llegaban por el camino mejor: por el amargo camino de la crítica. Esta era su promesa de fecundidad; porque yo os digo que no hay patriotismo fecundo si no llega a través del camino de la crítica. Y os diré que el patriotismo nuestro también ha llegado por el camino de la crítica. A nosotros no nos emociona, ni poco ni mucho. esa patriotería zarzuelera que se regodea con las mediocridades, con las mezquindades presentes de España y con las interpretaciones gruesas del pasado. Nosotros amamos a España porque no nos gusta. Los que aman a su patria porque les gusta la aman con una voluntad de contacto, la aman física, sensualmente. Nosotros la amamos con una voluntad de perfección. Nosotros no amamos a esta ruina, a esta decadencia de nuestra España física de ahora. Nosotros amamos a la eterna e inconmovible metafísica de España.

La base de convivencia humana, la base material para el asentamiento del pueblo español, también está pendiente desde hace siglos.

El fenómeno de la quiebra del capitalismo es universal. No es ésta la ocasión de que yo hable de él en sus caracteres técnicos. Ya hemos tenido sobre ello otras comunicaciones. Ante otros auditorios, en otras circunstancias, he hablado de esto más por menudo. Hoy, ante todos vosotros, sólo quiero fijar el valor de algunas palabras para que no os las deformen.
Cuando hablamos del capitalismo –ya lo sabéis todos– no hablamos de la propiedad. La propiedad privada es lo contrario del capitalismo; la propiedad es la proyección directa del hombre sobre sus cosas: es un atributo elemental humano. El capitalismo ha ido sustituyendo esta propiedad del hombre por la propiedad del capital, del instrumento técnico de dominación económica. El capitalismo, mediante la competencia terrible y desigual del capital grande contra la propiedad pequeña, ha ido anulando el artesonado, la pequeña industria, la pequeña agricultura: ha ido colocando todo –y va colocándolo cada vez más– en poder de los grandes trusts, de los grandes grupos bancarios. El capitalismo reduce el final a la misma situación de angustia, a la misma situación infrahumana del hombre desprendido de todos sus atributos, de todo el contenido de su existencia, a los patronos y a los obreros, a los trabajadores y a los empresarios. Y esto sí que quisiera que quedase bien grabado en la mente de todos; es hora ya de que no nos prestemos al equívoco de que se presente a los partidos obreros como partidos antipatronales 0 se presente a los grupos patronales como contrarios, como adversarios, en la lucha con los obreros. Los obreros, los empresarios, los técnicos, los organizadores, forman la trama total de la producción, y hay un sistema capitalista que con el crédito caro, que con los privilegios abusivos de accionistas y obligacionistas, se lleva, sin trabajar, la mejor parte de la producción, y hunde y empobrece por igual a los patronos, a los empresarios, a los organizadores y a los obreros.

Pensad a lo que ha venido a quedar reducido el hombre europeo por obra del capitalismo. Ya no tiene casa, ya no tiene patrimonio, ya no tiene individualidad, ya no tiene habilidad artesana, ya es un simple número de aglomeraciones. Hay por ahí demagogos de izquierda que hablan contra la propiedad feudal y dicen que los obreros viven como esclavos. Pues bien: nosotros, que no cultivamos ninguna demagogia, podemos decir que la propiedad feudal era mucho mejor que la propiedad capitalista y que los obreros están peor que los esclavos. La propiedad feudal imponía al señor, al tiempo que le daba derechos, una serie de cargas; tenía que atender a la defensa y aun a la manutención de sus súbditos. La propiedad capitalista es fría e implacable: en el mejor de los casos, no cobra la renta, pero se desentiende del destino de los sometidos. Y en cuanto a los esclavos, éstos eran un elemento patrimonial en la fortuna del señor; el señor tenía que cuidar de que el esclavo no se muriese, porque el esclavo le costaba el dinero, como una máquina, como un caballo, mientras que ahora se muere un obrero y saben los grandes señores de la industria capitalista que tienen cientos de miles de famélicos esperando a la puerta para sustituirle.

Una figura, en parte torva y en parte atrayente, la figura de Carlos Marx, vaticinó todo este espectáculo a que estamos asistiendo, de la crisis del capitalismo. Ahora todos nos hablan por ahí de si son marxistas o si son antimarxistas. Yo os pregunto, con ese rigor de examen de conciencia que estoy comunicando a mis palabras: ¿Qué quiere decir el ser antimarxista? ¿Quiere decir que no apetece el cumplimiento de las previsiones de Marx? Entonces estamos todos de acuerdo. ¿Quiere decir que se equivocó Marx en sus previsiones? Entonces los que se equivocan son los que le achacan ese error.

Las previsiones de Marx se vienen cumpliendo más o menos de prisa, pero implacablemente. Se va a la concentración de capitales; se va a la proletarización de las masas, y se va, como final de todo, a la revolución social, que tendrá un durísimo período de dictadura comunista. Y esta dictadura comunista tiene que horrorizarnos a nosotros, europeos, occidentales, cristianos, porque ésta sí que es la terrible negación del hombre; esto sí que es la asunción del hombre en una inmensa masa amorfa, donde se pierde la individualidad, donde se diluye la vestidura corpórea de cada alma individual y eterna. Notad bien que por eso somos antimarxistas; que somos antimarxistas porque nos horroriza, como horroriza a todo occidental, a todo cristiano, a todo europeo, patrono o proletario, esto de ser como un animal inferior en un hormiguero. Y nos horroriza porque sabemos algo de ello por el capitalismo; también el capitalismo es internacional y materialista. Por eso no queremos ni lo uno ni lo otro; por eso queremos evitar –porque creemos en su aserto– el cumplimiento de las profecías de Carlos Marx. Pero lo queremos resueltamente; no lo queremos como esos partidos antimarxistas que andan por ahí y creen que el cumplimiento inexorable de unas leyes económicas e históricas se atenúa diciendo a los obreros unas buenas palabras y mandándoles unos abriguitos de punto para sus niños.

Si se tiene la seria voluntad de impedir que lleguen los resultados previstos en el vaticinio marxista, no hay más remedio que desmontar el armatoste cuyo funcionamiento lleva implacablemente a esas consecuencias: desmontar el armatoste capitalista que conduce a la revolución social, a la dictadura rusa. Desmontarlo, pero ¿para sustituirlo con qué?

Mañana, pasado, dentro de cien años, nos seguirán diciendo los idiotas: queréis desmontarlo para sustituirlo por otro Estado absorbente, anulador de la individualidad. Para sacar esta consecuencia, ¿íbamos nosotros a tomar el trabajo de perseguir los últimos efectos del capitalismo y del marxismo hasta la anulación del hombre? Si hemos llegado hasta ahí y si queremos evitar eso, la construcción de un orden nuevo la tenemos que empezar por el hombre, por el individuo, como occidentales, como españoles y como cristianos; tenemos que empezar por el hombre y pasar por sus unidades orgánicas, y así subiremos del hombre a la familia, y de la familia al Municipio y, por otra parte, al Sindicato, y culminaremos en el Estado, que será la armonía de todo. De tal manera, en esta concepción político-histórico-moral con que nosotros contemplamos el mundo, tenemos implícita la solución económica; desmontaremos el aparato económico de la propiedad capitalista que absorbe todos los beneficios, para sustituirlo por la propiedad individual, por la propiedad familiar, por la propiedad comunal y por la propiedad sindical.

Hacer esto corre prisa en el mundo, y más aún en España. Corre más prisa en España porque nuestra situación es, de un lado, peor, y de otro lado, menos grave que la de otros países. El capitalismo, allende las fronteras, tuvo gran cantidad de riquezas y de iniciativas; pero el capitalismo español fue raquítico desde sus comienzos; desde sus principios empezó a claudicar con los auxilios estatales, con los auxilios arancelarios. Nuestra economía estaba más depauperada que casi ninguna; nuestro pueblo vivía más miserablemente que casi ninguno. No os tengo que decir nada de esto, después de lo que habéis oído a los camaradas que me han precedido en este sitio. Gran parte de la tierra española, ancha, triste, seca, destartalada, huesuda, como sus pobladores, parece no tener otro destino que el de esperar a que esos huesos de sus habitantes se le entreguen definitivamente en la sepultura.

Este suelo nuestro, en que se pasa del verano al invierno sin otoño ni primavera; este suelo nuestro, con los montes sin árboles, con los pueblos sin agua ni jardines; este suelo inmenso donde hay tanto por hacer y sobre el que se mueren de hambre setecientos mil parados y sus familias, porque no se les da nada en qué trabajar; este suelo nuestro, en el que es un conflicto que haya una cosecha buena de trigo, cuando, con ser el pan el único alimento, comen las gentes menos pan que en todo el occidente de Europa; este pueblo nuestro necesita que se hiciera la transformación más de prisa que en ninguna parte.

Y hacer esto aquí sería más fácil, porque el capitalismo es en España menos fuerte. Nuestra economía es casi una economía interna; tenemos innumerables cosas que hacer. Con una inteligente reforma agraria, como la que Onésimo Redondo os ha expuesto, y con una reforma crediticia que redimiese a los labradores, a los pequeños industriales, a los pequeños comerciantes, de las garras doradas de la usura bancaria, con esas dos cosas habría tarea para lograr, durante cincuenta años, la felicidad del pueblo español.

El recobrar un sentido nacional y el asentar a España sobre una base social más justa eran las dos cosas que implícitamente prometía (así lo entendió el pueblo al llenarse de júbilo) la llamada revolución del 14 de abril. Ahora bien: ¿las ha realizado? ¿Nos ha devuelto el gozoso sentido nacional? ¿Nos ha vuelto a unir en una misión nacional de todos?

¿Para qué he de hablar de lo que nos han dividido, de lo que nos han vejado, de lo que nos han perseguido, de lo que nos han lanzado a los unos contra los otros? Os quiero señalar sólo alguna de las definitivas traiciones contra la nación que debemos a aquellos primeros hombres del 14 de abril. Primero, el Estatuto de Cataluña. Muchos de vosotros conocéis las ideas de Falange sobre este particular. La Falange sabe muy bien que España es varia, y eso no le importa. Justamente por eso ha tenido España, desde sus orígenes, vocación de Imperio. España es varia y es plural, pero sus pueblos varios, con sus lenguas, con sus usos, con sus características, están unidos irrevocablemente en una unidad de destino en lo universal. No importa nada que se aflojen los lazos administrativos; mas con una condición: con la de que aquella tierra a la que se dé más holgura tenga tan afianzada en su alma la conciencia de la unidad de destino, que no vaya a usar jamás de esa holgura para conspirar contra aquélla.

Pues bien: la Constitución, con la aquiescencia de los partidos derechistas que nos gobiernan ahora, se ha venido a entender en el sentido de que hay que conceder la autonomía a aquellos pueblos que han llegado a su mayor edad, que han llegado a su diferenciación; es decir, que en vez de tomarse precauciones y lanzar sondeos para ver si la unidad no peligra, lo que se hace es dar una autonomía a aquellas regiones donde ha empezado a romperse la unidad, para que acabe de romperse del todo.

Política internacional. En estos días todos os halláis un poco al corriente de ella, por lo que han dicho los periódicos. España lleva cuatro años haciendo la política internacional francesa, moviéndose en la órbita internacional de Francia. El que España desenvuelva una política internacional de acuerdo con potencias amigas es cosa que no tiene por qué sorprendemos. Pero en lo internacional las naciones nunca entregan sino a costa de recibir algo, y Francia, cuya política internacional servimos, nos maltrata en los Tratados de comercio y nos tiene relegados a un plan inferior en Tánger y negocia a nuestras espaldas el régimen del Mediterráneo, como si en el Mediterráneo no estuviéramos nosotros; es decir, que lo único que nos resarce de servir en el mundo a la política internacional francesa es la vanidad satisfecha de algún pedante ministro o embajador.

Pues ¿y la política seguida para desarticular –fue otro el verbo empleado–, para desarticular el Ejército, la garantía más fuerte y todavía más sana de todo lo permanente español? Sin embargo, no se sabe por qué designio hubo mucho cuidado en desarticular pronto esta garantía.

Y, por último, la declaración constitucional de que España renuncia a la guerra. ¿Qué quiere decir eso? Si es una simple estupidez, sin nada detrás, allá sus autores. Si se quiere decir que España tiene el propósito de ser neutral en guerras futuras, entonces tenía que haber ido seguida esa declaración de un aumento de fuerzas en la tierra, en el mar y en el aire, porque una nación con todas sus costas abiertas y colocada en uno de los puntos más peligrosos de Europa no puede decidir, ni siquiera acerca de su neutralidad, si no puede hacer que la respeten. Sólo los fuertes pueden ser dignamente neutrales. Yo no sé si los autores de aquella frase querrían imponernos una neutralidad indigna.

¿Y en lo social? ¿Se hizo la reforma agraria? ¿Se hizo la reforma crediticia? Ya sabéis que la reforma agraria que presentaron los hombres del 14 de abril, en vez de ir, como la que nosotros apetecernos, a rellenar de sustancia al hombre, a volver a dotar al hombre de su integridad humana, social, occidental, cristiana, española; en vez de hacer eso, tendió a la colectivización del campo, es decir, a proletarizar también el campo, a convertir a los campesinos en masa gregaria, como los obreros de la ciudad. A eso tendían, y ni siquiera eso han hecho. Esta es la hora en que no han dado apenas un trozo de tierra a los campesinos. De la Ley de Reforma Agraria, lo único que empezaron a cumplir fue un precepto añadido a última hora por un puro propósito de represalia.

Y la reforma financiera, ¿se ha hecho? ¿Han ganado acaso con alguna medida sabia los productores, los obreros los empresarios, los que participan de veras en esta obra total de la producción? Estos han perdido; bien sabéis la época de crisis que aún están viviendo. En cambio, no han disminuido ni las ganancias de las grandes empresas industriales ni las ganancias de los Bancos.

Los hombres del 14 de abril tienen en la Historia la responsabilidad terrible de haber defraudado otra vez la revolución española. Los hombres del 14 de abril no hicieron lo que el 14 de abril prometía, y por eso ya empiezan a desplegarse frente a ellos, frente a su obra, frente al sentido prometedor de su fecha inicial, las fuerzas antiguas. Y aquí sí que me parece que entro en un terreno en que todo vuestro silencio y toda vuestra exactitud para entender van a ser escasos. Dos órdenes de fuerza se movilizan contra el sentido revolucionario frustrado el 14 de abril: las fuerzas monárquicas y las derechas afectas al régimen. Fijaos en que ante el problema de la Monarquía, nosotros no podemos dejamos arrastrar un instante ni por la nostalgia ni por el rencor. Nosotros tenemos que colocamos ante ese problema de la Monarquía con el rigor implacable de quienes asisten a un espectáculo decisivo en el curso de los días que componen la Historia. Nosotros únicamente tenemos que considerar esto: ¿Cayó la Monarquía española, la antigua, la gloriosa Monarquía española, porque había concluido su ciclo, porque había terminado su misión, o ha sido arrojada la Monarquía española cuando aún conservaba su fecundidad para el futuro? Esto es lo que nosotros tenemos que pensar, y sólo así entendemos que puede resolverse el problema de la Monarquía de una manera inteligente.

Pues bien: nosotros –ya me habéis oído desde el principio–, nosotros entendemos, sin sombra de irreverencia, sin sombra de rencor, sin sombra de antipatía, muchos incluso con mil motivos sentimentales de afecto; nosotros entendemos que la Monarquía española cumplió su ciclo, se quedó sin sustancia y se desprendió, como cáscara muerta, el 14 de abril de 1931. Nosotros hacemos constar su caída con toda la emoción que merece y tenemos sumo respeto para los partidos monárquicos que, creyéndola aún con capacidad de futuro, lanzan a las gentes a su reconquista; pero nosotros, aunque nos pese, aunque se alcen dentro de algunos reservas sentimentales o nostalgias respetables, no podemos lanzar el ímpetu fresco de la juventud que nos sigue para el recobro de una institución que reputamos gloriosamente fenecida.

Esa es una de las alas que se mueven contra la obra y contra el sentido del 14 de abril. La otra de las alas es el populismo. ¿Qué queréis que os diga? Porque en esto sí que ya nos entendemos todos. Yo siento mucha admiración y mucha simpatía hacia el señor Gil Robles, y siento esa simpatía y esa admiración precisamente por el nervio antipopulista que en él descubro. Yo barrunto que un día el señor Gil Robles va a romper con su escuela, y me parece que en ese día el señor Gil Robles prestará buenos servicios a España; pero de la escuela populista, ¿qué queréis esperar vosotros? La escuela populista es como una de esas grandes fábricas alemanas en que se produce el sucedáneo de casi todas las cosas auténticas. Surge en el mundo, por ejemplo, el fenómeno socialista; surge el ímpetu sanguíneo, violento, auténtico, de las masas socialistas; en seguida, la escuela populista, rica en ficheros y en jóvenes cautos, llenos, sí, de prudencia y cortesía, pero que se parecen más que a nada a los formados en la más refinada escuela masónica, produce un sucedáneo del socialismo y organiza una cosa que se llama democracia cristiana: frente a las Casas del Pueblo, Casas del Pueblo; frente a los ficheros, ficheros; frente a las leyes sociales, leyes sociales. Se adiestra en escribir Memorias sobre la participación en los beneficios, sobre el retiro obrero otras mil lindezas. Lo único que pasa es que los obreros auténticos no entran en esas jaulas preciosas del populismo, y las jaulas preciosas no llegan a calentarse nunca. Surge en el mundo el fascismo con su valor de lucha, de alzamiento, de protesta de pueblos oprimidos contra circunstancias adversas y con su cortejo de mártires y con su esperanza de gloria, y en seguida sale el partido populista y se va, supongámoslo, para que nadie se dé por aludido, a El Escorial, y organiza un destile de jóvenes con banderas, con viajes pagados, con todo lo que se quiera, menos con el valor juvenil revolucionario y fuerte que han tenido las juventudes fascistas. Y no os preocupéis, que si Dios nos da vida, veremos en España una República cedista, con representación personal y con ley de Prensa, que tendrá los mayores parecidos con todas las Repúblicas laicas del centro de Europa.

Por eso, camaradas, ni estamos en el grupo de reacción monárquica, ni estamos en el grupo de reacción populista. Nosotros, frente a la defraudación del 14 de abril, frente al escamoteo del 14 de abril, no podemos estar en ningún grupo que tenga, más o menos oculto, un propósito reaccionario, un propósito contrarrevolucionario, porque nosotros precisamente alegamos contra el 14 de abril, no el que fuese violento, no el que fuese incómodo, sino el que fuese estéril, el que frustrase una vez más la revolución pendiente española. Y por eso nosotros, contra todas las injurias, contra todas las deformaciones, lo que hacemos es recoger de en medio de la calle, de entre aquellos que lo tuvieron y abandonaron, y aquellos que no lo quieren recoger, el sentido, el espíritu revolucionario español que, más tarde o más pronto, por las buenas o por las malas, nos devolverá la comunidad de nuestro destino histórico y la justicia social profunda que nos está haciendo falta. Por eso nuestro régimen, que tendrá de común con todos los regímenes revolucionarios el venir así del descontento, de ¡a protesta, del amor amargo por la Patria, será un régimen nacional del todo, sin patrioterías, sin faramallas de decadencia, sino empalmado con la España exacta, difícil y eterna que esconde la vena de la verdadera tradición española; y será social en lo profundo, sin demagogias, porque no harán falta, pero implacablemente anticapitalista, implacablemente anticomunista. Ya veréis cómo rehacemos la dignidad del hombre para sobre ella rehacer la dignidad de todas las instituciones que, juntas, componen la Patria.

Esto es lo que queremos nosotros y ésta es la jornada que hoy de nuevo emprendemos. Esta jornada, camaradas, tiene la virtud de ser difícil; nuestra misión es la más difícil; por eso la hemos elegido y por eso es fecunda. Tenemos en contra a todos: a los revolucionarios del 14 de abril, que se obstinan en deformarnos y nos seguirán deformando después de estas palabras bastante claras, porque saben que la exigencia de cuentas que representa nuestra comparecencia ante España es la más fuerte acta de acusación levantada contra ellos, y de otra parte, a los contrarrevolucionarios, porque esperaron, al principio, que nosotros viniéramos a ser la avanzada de sus intereses en riesgo, y entonces se ofrecían a protegernos y a asistirnos, y hasta a darnos alguna moneda, y ahora se vuelven locos de desesperación al ver que lo que creían la vanguardia se ha convertido en el Ejército entero independiente.

Contra los unos y contra los otros, en la línea constante y verdadera de España, atacados por todos los flancos, sin dinero, sin periódicos (ved la propaganda que se ha hecho de este acto, que congrega a diez mil camaradas nuestros), asediados, deformados por todas partes, nuestra misión es difícil hasta el milagro; pero nosotros creemos en el milagro; nosotros estamos asistiendo a este milagro de España ¿Cuántos éramos en 1933? Un puñado, y hoy somos muchedumbres en todas partes. Nosotros nos aventuramos a congregar en cuatro días en este local, que es el más grande de Madrid, a todos los que vienen, incluso a pie, de las provincias más lejanas, para ver el espectáculo de nuestras banderas y los nombres de nuestros muertos. Nosotros hemos elegido, a sabiendas, la vía más dura, y con todas sus dificultades, con todos sus sacrificios, hemos sabido alumbrar –¿qué sé yo si la única?– una de las venas heroicas que aún quedaban bajo la tierra de España. Unas pocas palabras, unos pocos medios exteriores, han bastado para que reclamen el primer puesto en las filas donde se mueren dieciocho camaradas jóvenes, a quienes la vida todo lo prometía. Nosotros, sin medios, con esta pobreza, con estas dificultades, vamos recogiendo cuanto hay de fecundo y de aprovechable en la España nuestra. Y queremos que la dificultad siga hasta el final y después del final; que la vida nos sea difícil antes del triunfo y después del triunfo. Hace unos días recordaba yo ante una concurrencia pequeña un verso romántico: "No quiero el Paraíso, sino el descanso" –decía–. Era un verso romántico, de vuelta a la sensualidad; era una blasfemia, pero una blasfemia montada sobre una antítesis certera; es cierto, el Paraíso no es el descanso. El Paraíso está contra el descanso. En el Paraíso no se puede estar tendido; se está verticalmente como los ángeles. Pues bien: nosotros, que ya hemos llevado al camino del Paraíso las vidas de nuestros mejores, queremos un Paraíso difícil, erecto, implacable; un Paraíso donde no se descanse nunca y que tenga, junto a las jambas de las puertas, ángeles con espadas.

Pelagatos de la cultura

El secretario general de Sindicato de Estudiantes (Tohil Delgado Conde 26 años. Ningún estudio terminado) ha insistido en que el Gobierno del PP "ha conseguido en solo nueve meses hacer retroceder varias décadas la educación en España" acusándolo del "desmantelamiento del sector público", añadiendo que "Estamos hartos de que digan que no hay dinero para educación mientras vemos que sí tienen fondos para otras partidas". Y se ha quedado tan ancho.

A partir de unos exámenes estandard que se realizan cada tres años a estudiantes de 15 años, en áreas básicas como competencia lectora, matemáticas y ciencias naturales, PISA (Programa Internacional para la Evolución de Estudiantes), una vez analizado el porqué del fracaso de nuestros alumnos, sobre todo en matemáticas, observan que lo motivan las propias leyes que se han ido implementado en materia educativa.

Nuestros propios legisladores, son los responsables de no haber sabido apartar la educación de la política, introduciendo unas leyes, que en su conjunto han perjudicado la enseñanza desde la Educación Básica hasta la Universitaria.

Acabar con todas las reformas educativas que se utilizen con fines político-doctrinales, es la misión primordial de un Gobierno que realmente esté preocupado por la prosperidad de sus ciudadanos. Un modelo educativo de éxito solo es posible si está libre de posicionamientos ideológicos. La educación moral, religiosa o política debe mantenerse fuera de las aulas.
Toda la "CULTURA ESPAÑOLA" reunida
Las materias tratadas en «Educación para la ciudadanía», están suficientemente explicadas en asignaturas como: Ética y Cívica, Filosofía y Ciudadanía o Ciencias Sociales, cuyos contenidos pueden ser suficientes para el conocimiento de valores morales o democráticos. Y además, la inclusión de dicha asignatura, se realiza a costa de otras tan importantes para la formación como Lengua y Literatura.

Pero todo ésto no llega a vislumbrarlo el secretario del Sindicato de Estudiantes, el cual, viendo que un ministro valiente está empeñado en cambiar el fracaso estudiantil en triunfo, no duda en calentar los ánimos con excusas pueriles para que ese gran cambio fracase antes de nacer. Es la táctica de la Izquierda más casposa y transnochada, intentando que los españoles continuen igual de ignorantes que en la II República, ( aunque ya para entonces, la dictadura de Primo de Rivera había alfabetizado al 70% de la población).

Hoy, en Octubre del 2012, ni alumnos ni profesores, están suficientemente educados para comprender la importancia del cambio de mentalidad que se exije con el actual sistema educativo. Uno de los principales motivos de este desastre educativo nace del profesorado, el cual ha sido adoctrinado durante treinta años por un sistema irresponsable, con el viejo argumento de aumentar el presupuesto, convencido que la Educación de nuestros escolares se solucionaba con dinero. El resultado lo vemos en el fracaso actual de nuestra juventud.
NI tanto.....( aunque es preferible en ocasiones)....NI tan poco( que es lo que tenemos)
Un maestro no se improvisa. Un maestro no se forma ni mejora en sus funciones con más asignación. Un maestro nace con vocación de servicio, unida a una formación cultural y humana adquirida con años de estudio. Un maestro se define por su actitud ante la ignorancia, la injusticia y la crueldad. El maestro no es un obrero, es un artista, el escultor que con su palabra y su obra forma con el tiempo el espíritu de sus alumnos y los prepara para el futuro. Eso es el MAESTRO.

Hacen falta educadores aptos para educar, con la mente limpia, dispuestos a impartir enseñanza de calidad a todos los niveles, sobrándonos profesores con mentes escoradas a la izquierda, ( naturalmente no todos ), y cuyas ideas debieran éllos mismos aparcar para dedicar todo su esfuerzo a la formación de nuestra juventud. Y como ya he dicho y éllos deben comprender:
La educación moral, religiosa o política debe mantenerse fuera de las aulas.

lunes, 10 de febrero de 2014

¿Notario de la Historia el Comunismo?

Izquierda Unida, ha denunciado públicamente que el Ayuntamiento de Torremolinos ha patrocinado, con la cesión de espacios públicos y con dinero también público, una exposición que enaltece artificialmente la figura del “criminal” Francisco Franco. Falsea la historia de la Legión señalando su gusto por los saqueos, las masacres y las violaciones, participando en la masacre de trabajadores durante las protestas sociales de 1934 en Asturias.
 
Banderas de La Legión Española
Estos ángeles de la “caridad y la cultura” señalan que, los documentos y la publicidad que acompañan a la exposición, falsean la historia (éllos, como todo el mundo sabe, nunca la han falseado), para favorecer la imagen del dictador y de la legión, “con espacios, material y dinero del Ayuntamiento de Torremolinos”. Por lo tanto, su portavoz local, Begoña Romero, acusa a La Legión de “reprimir a los españoles y a la democracia”.
 
Bando expuesto en la REVOLUCIÓN de Asturias
Respecto de La Legión, los organizadores del evento dan a entender que participar en guerras coloniales, reprimir con asesinatos y violaciones levantamientos obreros o participar en el alzamiento fascista contra la democracia republicana se consideran grandes servicios a España, pero sostenerlo, no es solo una vergüenza, sino que en cualquier país civilizado sería ilegal”, apostilló Romero.
 
¡Exactamente Sra o Srta. Romero!. En cualquier pais medianamente democrático sería una verdadera vergüenza que una coalición a la que Ud. pertenece, en el que figura el Comunismo como fuerza mayoritaria, acusado por activa y por pasiva de los mayores crímenes de la Humanidad, no figuraría en la lista de partidos legales. Estaría donde es su verdadero destino: el basurero.
 
Algunas de las barbaridades cometidas en Oviedo
Eso que Ud. señala tan sibilinamenter como simples levantamientos obreros, fué precisamente el primer acto de un conato de Guerra Civil perpetrado por el Comunismo y el Socialismo precisamente contra la II República, y que (como usted sabe muy bien, aunque lo esconde), provocó en Asturias la muerte de 33 sacerdotes, 1.500 mineros, la destrucción de templos y el robo de innumerables tesoros y reliquias, así como dejar a una rica región española en una situación deplorable, sobre todo en Oviedo ( a la que se la denomina desde entonces como la “ciudad martir”).
Y en lo referente a participar en el alzamiento fascista contra la democracia republicana,....¡de Democracia nada!, ya que la Segunda República solo fué “demócrata” unos pocos días...¡hasta que empezaron a quemar Iglesias y Conventos, a romper imágenes sagradas, formar hogueras con las bibliotecas, previamente saqueadas por los “demócratas republicanos”, etc.etc. ¡ ASÍ ACABÓ LA LEGALIDAD DE ESA SEGUNDA REPÚBLICA !. Solo había durado unos cuantos días.
 
SIN PALABRAS
Señora portavoz de la extrema izquierda, ¡no nos venga ahora CON CUENTOS, esperando que La Legión desmerezca ante nuestros ojos!. Nunca lo conseguirá, ya que Ésta, junto a la Guardia Civil, son los cuerpos mejor valorados por los ciudadanos españoles.