Los
que tienen más de sesenta años, recuerdan perfectamente como se
vivía y se trabajaba durante los 50 y 60. En aquellos tiempos, las
"radionovelas", los "discos dedicados", Machín,
neveras que enfriaban si les metías hielo, etc., cuando entrabas en
un banco, en correos, en el ayuntamiento, en el sindicato, etc. todos
los empleados tenían en sus mesas papeles, impresos y tampones de
caucho para atender al público, los cuales les servían, entre otras
cosas, para justificar su puesto de trabajo. Lo normal, era que el
público quedara separado del empleado por una ventanilla o cristal
de separación. Mas de una vez, he cruzado las puertas del Banco
Hispano Americano, donde trabajaba un primo mío, y observaba la
enorme plantilla que se necesitaba para atender las necesidades del
día a día de una entidad bancaria.
Hoy,
los bancos han evolucionado, con menos de la cuarta parte, pero
dotados con ordenadores conectados todos ellos a sus centrales, han
conseguido más rendimiento con un ahorro en salarios y personal
considerable.
España
es un Estado repleto de funcionarios. Según el último informe que
maneja el Gobierno, el número de empleados públicos es de 2.530.956
personas. De éstos, son funcionarios 1.653.498 personas y entre
éllos, 690.278 son personal laboral. El resto, compuesto por 187.180
personas es interino o eventual. Las 877.478 personas que faltan para
completar los dos millones y pico, supongo que englobarán a miembros
de la policía, Guardia Civil, docentes, sanitarios, etc. Si el
Ministerio de Hacienda dispone de ordenadores de última generación,
con programas que le permite seguir la vida y milagros de todos los
españoles... ¿me puede decir alguien porqué, disponiendo de
medios tan sofisticados como los descritos, no pueden esos 766.040
funcionarios, con miles de ordenadores a su servicio, suplir el
trabajo de los laborales e interinos siguiendo el ejemplo marcado por
los bancos?
En
política no podía ser menos. A costa de los impuestos viven y
vegetan 455.000 políticos de variado pelaje. Ministros, presidentes
autonómicos y sus concejales, alcaldes y sus concejales, diputados, secretarios, subsecretarios, directores generales, ex presidentes del
Gobierno, exministros del gobierno, directores y consejeros de
empresas públicas y televisiones autonómicas, asesores para todos
éllos, partidos políticos, etc.
Casi todos los descritos, disponen
de coche oficial, con el mantenimiento de los vehículos, (cuyo
parque engloba a todos los vehículos de la policía, bomberos,
Ejército, Guardia Civil, guardia forestal, etc), a cargo del
presupuesto, así como pueden hacer uso, según puede consultarse en
vistazoalaprensa.com, de varios pisos situados en los edificios de
alrededor del Congreso, para despachos y relax, todo lo que sea
necesario con tal de hacerles la estancia feliz y agradable a los
señores diputados.
Por
no alargar el relato, terminaré diciendo que los señores
congresistas tienen el privilegio de contribuir tan sólo con el 4%
en sus declaraciones del IRPF. Además, toda esta cantidad de "padres
y madres de la Patria", también disponen de ordenadores
portátiles y teléfonos móviles último modelo, los cuales no creo
que les hayan costado ni un céntimo de sus bolsillos.
No
me olvido de otro colectivo, uno que ha estado chupando del bote
durante todo el tiempo que estamos en "democracia";los
sindicatos. Como prácticamente no conseguían afiliados entre la
clase obrera, lograron reunir bastantes entre los funcionarios
estatales, puestos adquiridos unos por oposición y otros a dedo,
pero todos, graciosamente otorgados o ayudados por el partido
gobernante, mayormente cuando ha gobernado la izquierda, y que han
cubierto plazas en ayuntamientos, hospitales, universidades, escuelas
públicas, RENFE, METRO, TV autonómicas etc. logrando con esta
táctica, disponer de personal adicto con el qué contar si fuese
necesario para echar mano de él. Entre estos afiliados, los
sindicatos consiguieron crear la figura del "liberado sindical",
un sector incrustado en el entramado del sindicalismo y que actua
sincronizado con las cúpulas sindicales. Los estamos viendo trabajar
en los momentos actuales con las algaradas callejeras, provocando a
la policía y a responsables de gobierno con altercados, en los
cuales y a su sombra, procuran mezclarse alborotadores profesionales,
una clase de maleantes con los rostros cubiertos, que aprovechan los
disturbios para sacar provecho saqueando comercios que éllos mismos
han destrozado.
Unos
sindicatos, que durante treinta y pico de años han estado engordando
a base de subvenciones, que vegetan gracias al presupuesto, los que
por "vocación"(y no por otra cosa),han dedicado su
vida a la defensa obrera, quieren llevar España a una huelga
general. ¡Tienen la cara como el cemento!. ¿Les puedo recordar que
seis millones de personas que trabajaban están en huelga
general desde hace bastante tiempo?, algunos hace años y en parte,
gracias a las decisiones económicas de sus partidos de izquierda, el
PSOE ayudado por el PCE, los cuales han estado tomando decisiones
mirando SU presente, obviando mirar NUESTRO fututo.
En
vez de mantener la boca cerrada, ustedes hablan, manifiestan,
incitan, critican, tal parece, que solo ciento ochenta días antes,
todo iba como una seda, y es ahora, precisamente ahora, cuando el
partido gobernante, (el "liberal" PP), haya decidido
desencadenar las furias del infierno, no para solucionar problemas
heredados, sino solo para divertirse y pasar el rato.
¡Cállense
señores sindicalistas, cállense y métanse en su casa!, nos harían
un gran favor si renunciasen a presentarse como los que pueden
levantar España, mientras saben que la están acabando de hundir.
Por
todo lo dicho y al observar todo este derroche, justifico la
angustia, el desencanto y el odio que acumulan muchos millones de
españoles, unos españoles que producían trabajando, los que
de sus manos salían productos para vender o exportar, unos
españoles que habían concebido un mundo mejor con la llegada de la
"democracia", y que viendo lo que en realidad ha parido ese
sistema, sienten en sus corazones esos sentimientos hacía todo lo
que representa "casta política", en la que con razón,
incluyen a ese funcionariado, el que tiene seguro y de por vida
sueldo y trabajo, y que no produce nada que pueda convertirse en
divisas, aunque algunos, funcionarios y políticos, sean
necesarios para la administración y funcionamiento de un país.
Se
que yo no lo veré, pues para eso hacen falta muchos años, pero
cuando en España la política, el funcionariado y el sindicalismo
"se ajusten a las necesidades reales" del país, sea
éste regido por una Democracia, Dictadura, República o Monarquía,
los españoles volverán a disfrutar de la sencilla y pobre, pero
feliz y maravillosa vida que se vivía en los cincuenta.
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