lunes, 16 de julio de 2012

Empleo gubernativo


Los que tienen más de sesenta años, recuerdan perfectamente como se vivía y se trabajaba durante los 50 y 60. En aquellos tiempos, las "radionovelas", los "discos dedicados", Machín, neveras que enfriaban si les metías hielo, etc., cuando entrabas en un banco, en correos, en el ayuntamiento, en el sindicato, etc. todos los empleados tenían en sus mesas papeles, impresos y tampones de caucho para atender al público, los cuales les servían, entre otras cosas, para justificar su puesto de trabajo. Lo normal, era que el público quedara separado del empleado por una ventanilla o cristal de separación. Mas de una vez, he cruzado las puertas del Banco Hispano Americano, donde trabajaba un primo mío, y observaba la enorme plantilla que se necesitaba para atender las necesidades del día a día de una entidad bancaria.
Hoy, los bancos han evolucionado, con menos de la cuarta parte, pero dotados con ordenadores conectados todos ellos a sus centrales, han conseguido más rendimiento con un ahorro en salarios y personal considerable.


España es un Estado repleto de funcionarios. Según el último informe que maneja el Gobierno, el número de empleados públicos es de 2.530.956 personas. De éstos, son funcionarios 1.653.498 personas y entre éllos, 690.278 son personal laboral. El resto, compuesto por 187.180 personas es interino o eventual. Las 877.478 personas que faltan para completar los dos millones y pico, supongo que englobarán a miembros de la policía, Guardia Civil, docentes, sanitarios, etc. Si el Ministerio de Hacienda dispone de ordenadores de última generación, con programas que le permite seguir la vida y milagros de todos los españoles... ¿me puede decir alguien porqué, disponiendo de medios tan sofisticados como los descritos, no pueden esos 766.040 funcionarios, con miles de ordenadores a su servicio, suplir el trabajo de los laborales e interinos siguiendo el ejemplo marcado por los bancos?


En política no podía ser menos. A costa de los impuestos viven y vegetan 455.000 políticos de variado pelaje. Ministros, presidentes autonómicos y sus concejales, alcaldes y sus concejales, diputados, secretarios, subsecretarios, directores generales, ex presidentes del Gobierno, exministros del gobierno, directores y consejeros de empresas públicas y televisiones autonómicas, asesores para todos éllos, partidos políticos, etc. 

Casi todos los descritos, disponen de coche oficial, con el mantenimiento de los vehículos, (cuyo parque engloba a todos los vehículos de la policía, bomberos, Ejército, Guardia Civil, guardia forestal, etc), a cargo del presupuesto, así como pueden hacer uso, según puede consultarse en vistazoalaprensa.com, de varios pisos situados en los edificios de alrededor del Congreso, para despachos y relax, todo lo que sea necesario con tal de hacerles la estancia feliz y agradable a los señores diputados.

Por no alargar el relato, terminaré diciendo que los señores congresistas tienen el privilegio de contribuir tan sólo con el 4% en sus declaraciones del IRPF. Además, toda esta cantidad de "padres y madres de la Patria", también disponen de ordenadores portátiles y teléfonos móviles último modelo, los cuales no creo que les hayan costado ni un céntimo de sus bolsillos.
 
No me olvido de otro colectivo, uno que ha estado chupando del bote durante todo el tiempo que estamos en "democracia";los sindicatos. Como prácticamente no conseguían afiliados entre la clase obrera, lograron reunir bastantes entre los funcionarios estatales, puestos adquiridos unos por oposición y otros a dedo, pero todos, graciosamente otorgados o ayudados por el partido gobernante, mayormente cuando ha gobernado la izquierda, y que han cubierto plazas en ayuntamientos, hospitales, universidades, escuelas públicas, RENFE, METRO, TV autonómicas etc. logrando con esta táctica, disponer de personal adicto con el qué contar si fuese necesario para echar mano de él. Entre estos afiliados, los sindicatos consiguieron crear la figura del "liberado sindical", un sector incrustado en el entramado del sindicalismo y que actua sincronizado con las cúpulas sindicales. Los estamos viendo trabajar en los momentos actuales con las algaradas callejeras, provocando a la policía y a responsables de gobierno con altercados, en los cuales y a su sombra, procuran mezclarse alborotadores profesionales, una clase de maleantes con los rostros cubiertos, que aprovechan los disturbios para sacar provecho saqueando comercios que éllos mismos han destrozado.


Unos sindicatos, que durante treinta y pico de años han estado engordando a base de subvenciones, que vegetan gracias al presupuesto, los que por "vocación"(y no por otra cosa),han dedicado su vida a la defensa obrera, quieren llevar España a una huelga general. ¡Tienen la cara como el cemento!. ¿Les puedo recordar que seis millones de personas que trabajaban están en huelga general desde hace bastante tiempo?, algunos hace años y en parte, gracias a las decisiones económicas de sus partidos de izquierda, el PSOE ayudado por el PCE, los cuales han estado tomando decisiones mirando SU presente, obviando mirar NUESTRO fututo.
En vez de mantener la boca cerrada, ustedes hablan, manifiestan, incitan, critican, tal parece, que solo ciento ochenta días antes, todo iba como una seda, y es ahora, precisamente ahora, cuando el partido gobernante, (el "liberal" PP), haya decidido desencadenar las furias del infierno, no para solucionar problemas heredados, sino solo para divertirse y pasar el rato.

¡Cállense señores sindicalistas, cállense y métanse en su casa!, nos harían un gran favor si renunciasen a presentarse como los que pueden levantar España, mientras saben que la están acabando de hundir.


Por todo lo dicho y al observar todo este derroche, justifico la angustia, el desencanto y el odio que acumulan muchos millones de españoles, unos españoles que producían trabajando, los que de sus manos salían productos para vender o exportar, unos españoles que habían concebido un mundo mejor con la llegada de la "democracia", y que viendo lo que en realidad ha parido ese sistema, sienten en sus corazones esos sentimientos hacía todo lo que representa "casta política", en la que con razón, incluyen a ese funcionariado, el que tiene seguro y de por vida sueldo y trabajo, y que no produce nada que pueda convertirse en divisas, aunque algunos, funcionarios y políticos, sean necesarios para la administración y funcionamiento de un país.


Se que yo no lo veré, pues para eso hacen falta muchos años, pero cuando en España la política, el funcionariado y el sindicalismo "se ajusten a las necesidades reales" del país, sea éste regido por una Democracia, Dictadura, República o Monarquía, los españoles volverán a disfrutar de la sencilla y pobre, pero feliz y maravillosa vida que se vivía en los cincuenta.

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