Una vez comprobado, que
desmontar el sistema autonómico es realmente imposible a no ser
redactando una nueva constitución, y aún así tendría muchas
dificultades, no me resta más que aguantar mi rabia, y observar como
unos cuantos millares de aprovechados, gorrones, lamebotas y
chaqueteros, viven del poco trabajo que aún queda en España, y al
que la buena gente trabajadora, decente y honrada intenta acceder
para con su esfuerzo, alimentar a toda la caterva de gusanos
necrófilos que poco a poco van consumiendo lo que queda de nuestro
dividido país.
Hacía tiempo, que los
"demócratas de toda la vida" esperaban el gran momento, el
minuto triunfal en el que la Muerte segase la vida del gobernante
que había llevado y elevado España a cotas de prosperidad nunca
antes vistas, para ¡por fín!, poder colocar sus zarpas sobre esa
España tranquila, próspera y sin problemas y repartírsela como si
de un trofeo revanchista se tratase.
Como eran muchos, y todos
con hambre de poder y riqueza, no tuvieron inconveniente el
considerar España como una tarta, así que no se les ocurrió mejor
manera, para satisfacción de todos, que dividirla en pedazos. Y con
el resultado de un parto cruel y doloroso, dieron a luz al Estado de
las Autonomías.
Como eso no era suficiente
para borrar cuatro décadas de paz y convivencia en las plácidas y
pacíficas mentes de los españoles, el Izquierdismo de todo pelaje,
moviendo la propaganda como solo él sabe hacerlo, logró colocarse
en el poder absoluto. Y ese fué el principio del fín de la España
que siempre habíamos conocido. Ahora, después de una treintena de
años de intrigas, malversaciones y fraudes, ésta es ahora la
Nación que tenemos.
Hace treinta años,
entraron a saco y esquilmaron lo que quisieron. Después, para seguir
el ritmo de vida de la nueva "alta sociedad" los
presupuestos se engordaron a base de venta de bonos, por los que con
cada venta, aumentaba el tipo de interés que teníamos que pagar por
éllos.
Hoy, estamos a muy poca
distancia de la bancarrota. Lo que debemos, nunca podremos liquidarlo
del todo, por lo que seguiremos indefinidamente emitiendo deuda para
pagar intereses. Como durante los últimos ocho años, se ha
destruído casi por completo el tejido industrial, podemos lucir con
orgullo el record de parados, ya que no tardaremos en llegar a los
seis millones.
Pero todos los que durante
estos treinta últimos años han vivido como suele decirse en
"lenguaje progresista", "de p... madre",
no quieren "bajarse del burro" y quieren seguir gastando y
gastando, sin importarles que existan en nuestro país cerca de dos
millones de familias sin ingresos, ni que la mitad de los jóvenes
españoles no tengan ni vislumbren futuro alguno. Ellos quieren
continuar con su tren de vida, una buenísima jubilación, que sus
hijos puedan educarse en buenos colegios de pago, y que el resto de
familiares tengan asegurado el porvenir por muchos años.
Por todo lo dicho, y por lo
que estoy viendo día tras día, no tengo ninguna duda: España es
una colmena con un exceso de zánganos y escasísimo número de
obreros.
Ahora están contentos y
satisfechos. Se han salido con la suya a nuestra costa, pero lo han
conseguido.
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