lunes, 4 de junio de 2012

Hemos sido manipulados


Empiezo hoy, con la estrofa de una canción. Todos la conocen: Yo soy un hombre del campo./No entiendo ni sé de letras /pero soy de una opinión/ el que me busca me encuentra.

Y es verdad. Hasta hace dos ó tres décadas aquí, en nuestra España, para poder circular por la vida con la cara bien alta, un hombre tenía que sentir, creer y practicar esa forma de comportamiento. No era necesario ser "un hombre del campo", solo hacía falta tener lo que hay que tener, fueses campesino, albañil, carpintero o profesor de lengua. Había que ser "hombre" y eso significaba ser "español". Ser español, significaba ser amable, honrado, trabajador y valiente. Así conquistamos medio planeta.

“Ser español, es una de las pocas cosas serias que se pueden ser en el mundo”, dijo un gran español, asesinado en una carcel de la maravillosa tierra alicantina por las balas de unos facinerosos "disfrazados de patriotas republicanos".

El español, ha sido siempre generoso, amable, servicial sin llegar a ser "servil" y sobre todo, acogedor y buen anfitrión. El español, siempre ha antepuesto la seguridad de su familia a la suya propia. Ha procurado que la mujer española sea respetada en todo el mundo. De lo dicho, pueden dar fé una larga lista de pintores españoles, cuyos cuadros no han dejado lugar a dudas.


Pues bien, de todo ésto, hoy, a primeros de Junio de 2012 no queda prácticamente nada de nada. El español actual, salvo raras excepciones, es una caricatura goyesca de lo que fué. Hoy prima el individualismo, el egoismo, la irresponsabilidad, la desidia y la estupidez. Esa amabilidad de ceder el asiento, a personas ancianas o mujeres de cualquier edad y condición en los vehículos públicos, o la de agradecer por Navidad los servicios de la guardia municipal por los conductores, ya no son práctica habitual de los españoles de hoy.


En general, una mayoría bastante importante de españoles de ambos sexos, sobre todo entre la juventud, consideran desfasadas unas actitudes que precisamente son el corazón de la Cultura. ¿A qué se debe que unas normas que identificaban los valores y el orgullo de ser españoles hayan poco a poco desaparecido hasta quedar olvidadas por completo?. Retrocedamos un poco en el tiempo y veremos nítidamente como una nueva, aunque vieja doctrina llamada "progresismo", ha tomado el relevo, y sin prisas pero sin pausa, ha sido introducida entre la población española, consiguiendo verse aceptada con toda su inmensa podredumbre por la casi totalidad de la población española.


Esas personas, las responsables de haber introducido en nuestra tierra este "progreso", y a las que renuncio llamar "españolas", han logrado que en España, sea aceptado como acto natural el aborto, sin pararse a pensar que, matando al nonato, se contribuye al envejecimiento progresivo de la población española con unas consecuencias aún imprevisibles, también han logrado que se pueda hacer burla y escarnio del cristianismo y su Iglesia, así como fomentar entre la población la idea de que pague unos impuestos que ni las sedes de los partidos ni las de los sindicatos realizan, sin calcular el beneficio que representa para el Estado el capital que esta institución ahorra con los servicios sociales que ofrece, (he dicho "sociales" no "socialistas").


Han conseguido que se acepte el divorcio sin pensar en como afecta ese acto a los hijos nacidos de esa unión, tambien han llegado a conseguir que algún municipio regale espacio público para que el Islam pueda edificar "otra vez" sus mezquitas en nuestro suelo, o que en el colmo de la estupidez, el que un miserable peñón extienda sus límites territoriales desafiando y burlando a la autoridad española. También han logrado, que nos mostremos indiferentes ante el robo y atropello que sufren empresas españolas por paises donde han dado trabajo a sus habitantes.


Del mismo modo, y en el colmo de la insensatez, se ha logrado que, elementos afines a una banda terrorista, ocupen unos municipios en los que pueden ejercer un control policiaco con sus habitantes. También se ha llegado al extremo de que, regiones como Vascongadas o Cataluña, se atrevan a "exigir" la independencia, aprovechando la partición autonómica, como excusa para, ir reduciendo la enseñanza del idioma español en sus escuelas sustituyéndolo por sus caducos dialectos, pisando y quemando enseñas nacionales con insultos al Jefe del Estado.


Aunque y para terminar, después de ver en la televisión, personajes asquerosos pregonando sus adulterios y desvaríos sexuales, expongo lo más triste; que se enseñe en las escuelas públicas, a los niños de ambos sexos y con pocos años, con la falsa excusa de la enseñanza sexual, como y de qué forma se debe practicar el sexo oral o la masturbación, enseñando a las muchachas jóvenes la forma y manera de practicar el sexo sin temor a la maternidad no deseada. Estas enseñanzas puede que sirvan para que en un próximo futuro, estas jovencitas de hoy, sientan la tentación de tomarlas como una buena preparación para el ejercicio de una profesión bien renumerada.


Esto ya no es España, estos ya no son los valores que lucían con orgullo los españoles de antes. Puede que fueran más ignorantes, que no tuviesen las comodidades que hoy existen, pero eran más felices. Los niños esperaban con ilusión la llegada de los Magos, las jovencitas buscaban al joven con el que unir sus ilusiones, los muchachos, como sabemos hacen los machos de las demás especies, procuraban llamar la atención de la chica en la que habían puesto los ojos de mil formas distintas. En los talleres, fábricas y oficinas, se trabajaba con alegría, con la mirada puesta en conseguir un hogar, un coche, un chaletito. La gente había por fín olvidado los sinsabores y penurias provocadas por una confrontación entre hermanos después de muchos años. En fín, era otro tiempo.


Ahora, una vez casi desaparecidos los valores que habían hecho de España una gran nación, son la bandera tricolor y la del "arco iris" las enseñas que se pasean con todo el "orgullo" por las calles y pueblos del llamado "Estado de las Autonomías".


Así es que termino con párrafos de otra canción canción, compuesta con una intención distinta, pero que en parte refleja la añoranza de lo que fuimos y que hemos dejado de ser: Mi querida España/Esta España mía, esta España nuestra/ ¿Dónde están tus ojos?/¿Dónde están tus manos?/¿Dónde tu cabeza?./Mi querida España/Esta España mía, esta España nuestra/

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