A raiz de la demanda de los hijos del
fotógrafo Centelles contra un grupo religioso llamado "Testigos
de Jehová", por la publicación en la revista "Atalaya"
de la fotografía tomada por su padre en la Guerra Civil después de
un bombardeo, voy terciar en el asunto, y no por ser miembro de la
citada agrupación religiosa, sino por como a veces en la vida, vemos
cosas que nos llaman la atención por encontrar en las actuaciones de
la gente, y sobre todo, en lo que ha venido a llamarse "derechos
de autor", el motivo para iniciar un proceso judicial, cosa que
no acabo de comprender. Fijémonos en el asunto que estoy tratando:
Los hijos de un fotógrafo, poseedores
de unas fotografías que fueron tomadas en el transcurso de una
contienda bélica, reclaman judicialmente a un colectivo, aunque
también podría ser una persona física, por hacer uso de una
fotografía tomada por su padre "sin haberles solicitado el
correspondiente permiso".
Siguiendo el hilo del asunto, la mujer
que aparece junto al que parece un familiar, muerto en medio de la
calle, con una expresión de desespero y aflicción, tambien podría,
en caso de estar viva en el momento actual, o sus herederos en caso
contrario, demandar a los hijos del fotógrafo "por mostrar
al mundo la foto de su madre, en la intimidad de un momento
desgarrador para élla, sin haberles pedido el correspondiente
permiso".
Yo creo, habría
que diferenciar las fotografías artísticas, en las cuales el
fotógrafo se toma su tiempo, preparando el instante adecuado para
que su "obra" salga perfecta, tanto la tomada en el
interior de su estudio como la realizada en plena naturaleza,
expresando la grandiosidad y la belleza de un paisaje, de las
instantáneas de un reportaje deportivo o bélico.
Las primeras son una expresión artística y por lo tanto, podrían caber dentro de la normativa de protección cultural y estar protegidas por el cacareado "Derecho de Autor", pero las obtenidas en un estadio o en el transcurso de una batalla, aunque puedan ser instantáneas singulares, no creo merezcan el calificativo de expresión artística, ya que ha sido la casualidad de un momento la que ha dado fama al autor. Y no digamos cuando en plena guerra o en un estadio, se produce un desgraciado percance en el que son fotografiadas personas con los rostros desencajados viendo las heridas de sus familiares cubiertas de sangre o muertos.
Creo
que esas personas, si el dolor no ocupase completamente sus
pensamientos, estuviesen dispuestas a conceder el permiso a
ser fotografiadas y luego
expuestas en cualquier galería fotográfica.
Yo no entiendo de
leyes, pero en cuestión de "derechos de autor", considero
que nos hemos pasado varios pueblos. Y todo este asunto me recuerda
la desfachatez y la mala uva de la Ley que ampara el que una sociedad
civil, la SGAE, pueda ejercer como jurado, juez y verdugo en
cualquier tema que trate la variada actividad artística, ya sea
crear una canción o filmar un reportaje de bodas, metiendo sus
narices, siempre amparadas por la Ley, hasta en las fiestas
patronales de la población o del barrio, prohibiendo o autorizando
la música o las canciones a interpretar.
Me
parece que, mientras "progresamos" avanzamos en
Esclavitud y retrocedemos en Libertad.
De igual forma que
he expresado mi opinión con respecto a los derechos de autor, afirmo
desde estas líneas, y no es porque Centelles fuese Valenciano como
yo, sino porque se lo merece, que las fotos que he visto de este
paisano, son de lo mejor que sobre nuestra guerra civil ha entrado
por el objetivo de una cámara. Centelles supo unir oportunismo y
técnica en el momento preciso de la instantánea y por eso me merece
el mayor de los respetos, al contrario de Capa, el cual me parece que
se sirvió demasiado de las composiciones efectivistas, buscando
resultados pero sin espontaneidad.
Por la misma razón, el trabajo de Centelles tendría que estar libre de los "derechos de autor", precisamente para que su obra, como agua rebosando, se desparramara y sirviese para que los futuros reporteros gráficos tuviesen un maestro permanente en él.
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