Otro golpe más

Desde Abril de 1931, la Izquierda, y aquí mezclo todas las tendencias ideológicas, ha puesto todo su empeño en suprimir de la península ibérica dos cosas; la Religión Católica y la Unidad Nacional.

Durante un corto espacio de tiempo, pareció que lo habían conseguido con la instauración en falso de la II República, proclamada ilegalmente tras unas votaciones perdidas y falseadas. Pero con la intervención del verdadero pueblo español, el cual se resistía a convertirse en lacayo del comunismo, se puso fín al segundo intento republicano.

Siguieron unos años de paz y reconstrucción material y moral que elevaron España hasta cotas de bienestar nunca conocidas. Pero la izquierda cavernícola y sus perversas ideas se encontraban latentes esperando la ocasión de manifestarse; como así ocurrió.

Con la muerte del hombre que dirigió los destinos españoles, el izquierdismo internacional supo aprovechar la falta de politización del pueblo español para introducir los viejos y falsos conceptos de progresismo, laicismo, libertad, educación sexual, adoctrinamiento juvenil, etc. con el resultado que hoy podemos comprobar, con solo mirar a nuestro alrededor y ver los resultados actuales.

Hoy, España está completamente dividida. Le falta muy, pero que muy poco, para su total exterminio como Unidad Nacional. Han desaparecido aquellos valores de los que un español podía sentirse orgulloso; honradez, hospitalidad, hermandad, fé cristiana, caridad, etc.etc. España se ha convertido en un puñado de pequeños cortijos, con sus caciques y sus mayorales, cuidando un ganado formado por miles de ciudadanos sin formación,con enormes índices de analfabetismo gramatical, llegando a extremos tales de no saber expresarse en el idioma oficial, el Español, un idioma usado por millones de personas en el mundo y segundo más extendido después del inglés.

Hemos llegado a tal extremo de indignidad, que hasta la presidenta de Argentina, como buena izquierdista, cobarde y derrochona, amiga y compañera de socialistas foráneos, se atreve a plantarnos cara, robando el esfuerzo de miles de inversores españoles que han invertido en la riqueza y modernización de su país. Y aunque nuestros izquierdistas foráneos se empeñen en demostrar que esta acción les duele y lo expresen con la boca chica, yo no me lo creo. Pienso que prefieren una España rota a una España Unida, Grande y Libre.