martes, 24 de abril de 2012

OJOS AZULES


 San Jorge, Patrón de Alcoy y sus Fiestas de Moros y Cristianos

Mohammad Abu Abdallah Ben Hudzäil al Sähuir, nacido en 1208, Vall de Alcalá, en Alicante, y muerto en Alcoy en 1276, más conocido conocido con el sobrenombre de Al Azraq (el de los ojos azules), fue un caudillo musulmán que vivió a mediados del siglo XIII en la zona sur del Reino de Valencia.

 Nació en Alcalá de la Jovada en 1208 aunque no todos defienden esta fecha como la correcta. Su padre era el walí Hudzäil al Sähuir, que murió en 1230, y su madre era cristiana.

Al Azraq era un hombre culto y astuto, logrando de esta manera la confianza y amistad del rey Jaime I de Aragón y del rey Alfonso X el Sabio de Castilla, consiguiendo pasar largas temporadas en las cortes de Aragón, Valencia y Granada.

Cuando Jaime I conquistó el Reino de Valencia hizo un pacto con Al-Azraq, cediéndole el control de fortificaciones en el territorio de los valles de Alcalá y Gallinera. Pero Al-Azraq, viendo el maltrato que los terratenientes tenían con los mudéjares y viendo como se incumplían los acuerdos, protagonizó tres sublevaciones que no dejaron indiferente a Jaime I y su reino.

La primera fué contra los moriscos en el año 1244. Por aquella época Al-Azraq controlaba los castillos de Al-Hamra, Pego y Alcalá de Jovada; sin nombrar otros castillos menores. Después de tres años de enfrentamientos, fue derrotado en la ciudad de Cocentaina.

La segunda en 1248. En esta ocasión, Al-Azraq le prepara una emboscada a Jaime I y casi termina con su vida, pero es traicionado por su propio consejero. Diez años después, en 1258, Al-Azraq le propone una tregua al rey mediante la ayuda de Alfonso X el Sabio, pero Jaime la rechaza y recupera fácilmente los castillos del caudillo musulmán derrotándolo y enviándolo al destierro.

En 1276, por causa de los frecuentes abusos de los señores feudales castellanos, los musulmanes se habían rebelado. Llamado por éllos, Al-Azraq vuelve del exilio para defender a los suyos. El Rey de Granada le ayudó mandándole 250 jinetes benimerines llegados del norte de África más 1200 soldados araeces. Además se le unieron 1800 mudéjares para ayudarle. Por su parte Alcoy estaba protegida por 40 caballeros llegados desde Játiva (Xàtiva) que envió Jaime I.

Pero cuando se hallaba ante los muros de Alcoy, Al-Azraq perdió la vida en una maniobra de distracción. El ejército mudéjar al ver morir a su comandante, recogen el cuerpo muerto y se retiran. Los caballeros de Játiva intentan perseguirlos pero caen en una trampa militar planeada por el hijo de Al-Azraq en el llamado "Barranc de la Batalla". De esta forma, Alcoy queda desprotegida y su hijo consigue tomarla. A partir de ese momento, y con el hijo de Al-Azraq al frente del ejército, los musulmanes conquistaron más castillos y tierras.

Poco después, y habiendo muerto Jaime I por una enfermedad el 27 de julio de 1276, su hijo Pedro heredó el trono. Pedro consigue primero una tregua de tres meses con los musulmanes, luego somete varios castillos y finalmente termina con la sublevación musulmana en 1277, ordena desarmar al ejército musulmán sin que sean castigados y en el año 1283 crea una ley que les permite la libertad de desplazamiento y de residencia por todo el reino, así como la libertad de comercio.

De todos estos acontecimientos, nacen las fiestas de Moros y Cristianos que se celebran en diversas localidades, destacando por su importancia, las de Alcoy.







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