sábado, 29 de junio de 2013

Garrapatas políticas

 
Éste llegó a creerse un Dios
Puede, que la conducta que siguen los dirigentes de la humanidad se remonte a los tiempos en los que los humanos buscaban refugio en las cuevas. El miedo a los fenómenos atmosféricos, así como el terror que les causaban los depredadores, unido a la debilidad de sus defensas, fomentase la formación de grupos, así como la elección entre éllos, de uno que les guiase en la búsqueda de alimento y cobijo.
"Lider" prehistórico con su razón en la mano
Lo más natural, es que el elegido lo fuese por sus aptitudes en la lucha, y su instinto en la búsqueda de cobijo y alimento, o sea, un completo "lider", y como tal, supongo que tendría algunos privilegios, bien el mejor lugar para el descanso, el bocado más apetitoso o la hembra más agradable a sus sentidos. A través de los siglos, los requisitos para ser "lider" cambiarón poco a poco. Ya no era preciso ser fuerte, bastaba con ser un poco más listo que los demás y tenías el cargo asegurado.
A caballo el más listo, no el más inteligente
Han pasado los milenios, y el "lider" actual, haciendo gala a su nombre genérico como "homo sapiens", puede perfectamente ser un completo alfeñique y disponer del poder sobre vidas y haciendas de millones de seres. No le hacen falta muchos estudios, ni ser muy inteligente, ni muy fuerte, solo tiene que rodearse de gente que le sepa resolver los problemas, dejándole en exclusiva el disfrute de una vida muelle a la que, con su astucia y picardía, ha sabido escalar, pasando sobre los demás, y percibiendo unos emolumentos, designados por él, en concepto de "dedicación exclusiva" en el ejercicio de dicho cargo. Claro que, para no tener que sufrir los acosos de sus consejeros, éstos tembién perciben unos suculentos salarios, que los obligan a tener sus bocas cerradas y sus ambiciones en reposo.

Los astutos y pícaros dirigentes mundiales actuales, han formado a su alrededor una enorme cantidad de fosos y murallas para separarse de la plebe que los mantiene, pero no de agua o piedras, sino de una clientela de paniaguados aduladores, bien pagados y mantenidos, cuya misión es la de guardar a quien les paga, olvidando a quienes les aportan las monedas con las que todos éllos son pagados.
La suerte del mundo está en sus manos
En el siglo XXI, resulta ridículo pregonar que dedicarse a la política, es una noble profesión para dedicarse a servir al pueblo soberano. ¡Mentira!. No creo en absoluto, que las personas que se dedican a la política, lo hagan para mejorar la calidad de vida de sus semejantes. Eso no se lo creen ni éllos mismos. A la política se vá como se vá a cualquier otra profesión, ¡a ganarse la vida!, pero con la diferencia de que los políticos disponen de unas ventajas en cuanto a horarios, salarios, prebendas, dietas, jubilaciones, etc. que no tienen otras profesiones. Por eso se hacen políticos, empezando por formar parte de unos partidos en cuyos estatutos y programas siempre figuran conceptos como la mejora de la clase obrera y campesina. ¡Todo falso!.
En sus programas, la Educación figura en lugar destacado, pero hace 35 años que en España existen los partidos políticos y nuestra nación figura como una de la últimas en cuanto a educación. Y es que si los españoles hubiesen sido VERDADERAMENTE EDUCADOS durante estos 35 años, no hubiesen podido tomar el poder los políticos actuales, ya que no hubiesen sido votados.

A la "partitocracia" no le hacen falta ciudadanos que sepan lo que tienen que votar, por lo tanto, la ciudadanía ha sido educada durante estos 35 años en la relatividad y el pasotismo, una ciudadanía que actualmente se encuentra ante el dilema de no saber que le conviene hacer para quitarse de encima esas garrapatas que la han sumergido en la pobreza y la indigencia más absoluta.

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