miércoles, 15 de mayo de 2013

Sobran obras y argumentos

Observando la vehemencia con la que cualquier contertulio televisivo de izquierdas defiende a los de su cuerda, tanto si es periodista como profesor universitario, cualquiera diría oyéndoles, que son los únicos poseedores de la verdad, de la razón, aunque si rascamos un poco, podremos encontrar muchas fisuras en los argumentos esgrimidos, demostrando que defienden lo indefendible.

La Izquierda, bien porque siempre le ha salido gratis la propaganda, o por que se lo han hecho creer, nunca aceptará perder a base de argumentos. La razón siempre estará de su parte. Y si como suele suceder, su oponente la abruma con hechos demostrados, intentará desviar la atención, bien tratando de cambiar el tema o riendo como si esos hechos fuesen chistes. Es lo que normalmente estoy viendo continuamente en las tertulias televisivas.

Lo que más me preocupa de estas reuniones televisivas, ya que no me atrevo a llamarlas debates, es que los, llamémosles liberales aunque no lo sean, muchas de las veces se queden sin voz para frenar los despropósitos de la siniestra, sobre todo si el tema es la Educación. Veamos porque lo digo.


En tiempos de "la oprobiosa", y a pesar de haber procurado silenciar en lo posible este dato por parte de la siniestra y de la diestra, viendo al nivel educativo que ha creado la "democracia española", me acuden a la memoria los esfuerzos educativos que el régimen anterior puso a disposición de la juventud obrera española creando las Universidades Laborales, como complemento al Sistema Educativo Nacional.

La filosofía que justificaba la creación de las UU.LL. consistía en cualificar al mundo obrero, esto es, a los trabajadores y a sus hijos, pues los trabajadores de aquella España de los años cincuenta, con cinco millones de analfabetos producto de la II República, al que el régimen denominaba productores, no aspiraban y ni siquiera imaginaban a sus hijos en estudios universitarios. Sus pretensiones, por tanto, se limitaban en conseguir para su prole una especialización técnica en un oficio o en la industria.


Las UU.LL. se concibieron dentro de un contexto político totalitario, retórico y exaltador, con una enorme carga ideológica nacionalsindicalista encabezada por el carismático líder falangista Girón de Velasco. Con esto, se pretendía evitar nuevas revoluciones sociales, llevando la cultura a las masas obreras, puesto que la incultura genera y exacerba el odio de clases (se explica por qué, el socialismo desde el mismo momento que subió al poder en 1982, ha procurado crear una cultura basada en la incultura).


Como base, los planes de estudio de los Institutos Laborales y de las Escuelas de Formación Profesional se les añade un Plan de Formación Humana, que habría de ser uno de los mecanismos innovadores y característicos de las Universidades Laborales al aplicarse dicho Plan dentro de las actividades educativas de la vida del alumno en régimen de internado. La ideología dominante fue, con todo, la de orientar la técnica docente formativa de la personalidad sobre un firme fundamental religioso, patriótico y humanístico. El citado Plan, se diseña como instrumento adoctrinador del alumnado en la ideología falangista, donde se insertan los principios ideológicos y políticos del nacionalsindicalismo franquista. Con todo, el Plan de Formación Humana, en realidad fue más un proyecto programático que un plan formativo racionalizado, pues cada Centro disponía de total autonomía en su realización, por lo que puede afirmarse con rotundidad que el adoctrinamiento de la clase obrera tuvo más de mito que de realidad. El profesor D.Alfonso Guerra, destacado socialista, estuvo durante ocho años impartiendo la "cultura nacionalsindicalista" en la Universidad Laboral de Sevilla.


La función docente se extendía a la enseñanza ordinaria e intensiva de los trabajadores y de sus hijos, mediante una acción educativa en los órdenes humano, social, cultural, profesional y técnico. Su estructura interna, al disponer de una serie de mecanismos que rompían con el sistema tradicional de ayudas y becas al estudio, representó el cauce más genuino de otros dos principios sociales: el de igualdad de oportunidades y el de posibilidades.

Por otro lado, la dotación de una beca en la UULL incluía absolutamente todo lo necesario para la actividad escolar, además de la vida residencial y los gastos de transporte del Centro a sus domicilios (aspectos totalmente novedosos y vanguardistas que, años más tarde, serían igualmente establecidos en el sistema de becas del propio Ministerio de Educación y Ciencia).


Las Universidades Laborales constituyeron en su etapa inicial, y a lo largo de su desarrollo, un sistema de cobertura educativa para las capas sociales menos favorecidas, esto es, facilitar la vieja aspiración de la población obrera del derecho a la educación. En conclusión, las Universidades Laborales pervivieron, con todas sus servidumbres y grandezas, durante veintitrés años de la Historia de España de la segunda mitad del siglo XX y han dejado, además de una indeleble huella arquitectónica en la geografía española, con la red de Centros de Universidades Laborales, un rastro cultural y profesional en el casi medio millón de alumnos que pasaron por sus aulas.

Me parece que con lo dicho, añadiendo los miles de viviendas protegidas, los Hospitales, los pantanos, las comunicaciones, la creación de una extensa clase media, la práctica erradicación del analfabetismo, la Residencias de Educación y Descanso para solaz de la clase obrera, junto con las leyes de apoyo al obrero, etc.etc., sobran razones para que, en las tertulias, la trasnochada y desmemoriada izquierda, sea aplastada con argumentos demostrables, al revés de lo que élla hace: Demagogia pura y simple, y que continuará haciendo mientras no encuentre quien le pare esa lengua mentirosa y sibilina.

No hay comentarios: