Para colocarnos en situación,
veamos quienes son los personajes a los que me voy a referir:
En 1642 Giulio Mazarini
(cardenal Mazarino) fue nombrado ministro principal del Estado
francés, por recomendación del cardenal Richelieu, del que fué su
sucesor.
Ante las dificultades
financieras de Francia en aquella época, Mazarino debió adoptar
medidas de austeridad que resultaron impopulares, aunque no frenaron
el desmesurado enriquecimiento del cardenal (35 millones de libras),
una enorme capital que consiguió beneficiarse en menos de diez años
(1652-1661), se supone que sobre todo a base de especular con los
fondos del Estado o el valor de las monedas, así como jugosas
comisiones obtenidas, a través de testaferros, sobre el
aprovisionamiento de los ejércitos.
El cardenal Mazarino, antes de
morir, el 8 de marzo de 1661 sugiere al rey que tome a su servicio a
Jean-Baptiste Colbert como su sucesor en las finanzas de Francia, el
cual, una vez instalado, dió principio a su política económica que
consistió principalmente, en dar independencia económica y
financiera a Francia, obtener una balanza de pagos excedentaria y
aumentar el producto de los impuestos. Terminó con la deuda del
Estado.
Pues bien, según el diálogo
de la obra de teatro titulada “El diablo rojo” entre Mazarino y
Colbert, éste, ante el temor de un levantamiento de la población
por el continuo ritmo de la subida en los impuestos, comentó con el
cardenal Mazarino la posibilidad de encontrar otros medios de
recaudar, pero sin aumentar los ya excesivos impuestos, tanto a los
ricos como a los pobres, a lo que el Cardenal respondió:
Oye y
aprende mi querido Colbert: Hay una cantidad enorme de gente entre
los ricos y los pobres. Son todos aquellos que trabajan soñando en
llegar algún día a enriquecerse y temiendo llegar a pobres. Es a
estos a los que debemos gravar con más impuestos…, cada vez más…,
¡siempre más! A estos, ¡cuánto más les quitemos, más trabajarán
para compensar lo que les quitamos! ¡Son una reserva inagotable!, es
la clase media, la que sobrevive entre los ricos y los pobres.
Los políticos actuales,
conscientes de la sabiduría contenida en las palabras del Cardenal y
avanzados alumnos de esta teoría, están siguiendo paso a paso
dicha asignatura, destruyendo la obra realizada por Francisco Franco,
el cual llenó España de clase media (aunque acabando casi por
completo con la clase pobre).
Esta "clase media",
como corderos guiados hacía el matadero, es la que está alimentando
la buena calidad de vida que disfrutan los que diariamente denigran
al artífice que la creó.
El día que desaparezca, España
no tendrá una base solida para seguir existiendo, ya que anulada LA
FAMILIA y empobrecida LA CLASE MEDIA, una nación creadora
de naciones habrá muerto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario