Se cae la bandera de España
en la Plaza de Colón.
Se cae el Rey al tropezar
con un escalón.
¿Que más se nos puede
caer?. Sencillamente España.
Se nos puede caer España,
sencillamente por la falta de firmeza de un Presidente que no puede
confiar en sus más cercanos colaboradores, sobre todo en los de sus
ayuntamientos.
¿Qué gobierno tiene la
suficiente serenidad para consentir los desplantes de unos reyezuelos
periféricos, auténticos caudillos en sus tierras, pero
absolutamente prescindibles en el conjunto de la política nacional?.
Solo el Gobierno de España. Un gobierno al que se dieron suficientes
poderes para que sucesos como el que comentamos ni siquiera se
planteasen, y que haciendo gala de su purismo democrático, ha
logrado que estos caciques provincianos, así como una oposición
crecida, viendo que se diluye su culpabilidad por las medidas
económicas que se están adoptando tratando de paliar el expolio
cometido por el mandato anterior de la hoy oposición, se convierte
en motivo de mofa por periódicos extranjeros.
Espero, por el bien de
nuestra nación y el de sus habitantes, una rápida y contundente
respuesta a tanto esperpento con la aplicación inmediata del
Artículo 2º de la Constitución de 1978:
La Constitución se
fundamenta en la indisoluble unidad de la
Nación española, patria común e indivisible de todos los
españoles, y reconoce y
garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones
que la integran y la solidaridad entre todas
ellas.
Los
nacidos en España, o sea, los españoles, como tendemos a ser
olvidadizos en muchísimas cuestiones, conviene que se les recuerden
algunas, sobre todo si de ello depende la supervivencia de nuestro
país.
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