Si un ciudadano monta
una empresa, o quiere reabrir la que cerró por su anormal
desarrollo, tiene ante sí dos asuntos burocráticos que le frenan.
Uno, el sueldo que tiene que abonar al operario que emplea, el cual
viene marcado por Ley con un importe de mínimos, y otro,
representado por la cuota que tiene que satisfacer a la Seguridad
Social por cada uno de los empleados a su cargo, cuota extremadamente
elevada la cual frena casi por completo la contratación.
Por otro lado, si un
operario se encuentra sin trabajo, recibe del Estado una asignación
por desempleo y cuando ha consumido ésta, aún recibe como último
recurso 400 euros mensuales.
Todo correcto, aunque
letal para una nación abocada al desastre si no somos capaces de
encontrar nuevas fórmulas para intentar nuestra propia recuperación.
Veamos:
¿Estaría dispuesto
un operario a trabajar en cualquier empresa el tiempo reglamentario,
pero cobrando un mínimo de 800 euros, con la posibilidad de ver
aumentado ese sueldo según su capacidad y rendimiento?. ¿SI
o NO?
¿Estaría dispuesto
el Estado a NO recibir del
empresario la SS del operario en cuestión durante el tiempo
necesario para poder vislumbrar la recuperación del país?. ¿SI
o NO?
Antes de escuchar la
respuesta a estas dos opciones veamos lo que está ocurriendo en la
actualidad: Ahora, el Estado no ingresa nada en la SS, ya que los
empresarios que podrían contribuir, hace tiempo cerraron sus
empresas ante la imposibilidad de llevarlas a buen término, y los
que podríamos llamar nuevos emprendedores, aun están pensando en
montar una, mas que nada, por lo carísimo que cuesta mantener un
operario, sin embargo, el Estado, tiene que entregar millones de
euros a los obreros en paro y un mínimo de 400 euros al parado en
último recurso todos los meses, con el resultado de una salida de
capital importantísimo para las menguadas arcas del país.
Si tanto el Estado como
el operario, diesen su conformidad a los dos supuestos preguntados
anteriormente se lograrían dos cosas muy importantes.
Primera: El Estado
dejaría de pagar el desempleo o los 400 euros por cada desempleado contratado. No
recibiría ningún ingreso para la SS. aunque ahora tampoco lo
recibe, pero podría estipular con carácter provisional, un IRPF
adecuado, el cual sería ingresado por la empresa y operario,
mientras durase esta crítica situación
Segundo: el desempleado
tendría un puesto de trabajo, con la ventaja de que su autoestima
estaría potenciada, podría disponer del doble de sueldo, o más, lo
que repercutiría en el consumo de todo tipo de artículos,
fomentando de esta manera el PIB de España.
Todo lo anterior no
serviría de nada a no ser que las empresas inmersas en esta forma de
producción, fuesen auditadas por auditores de acreditada solvencia y
honorabilidad, poniendo freno al empleo esclavizado que los
empresarios extranjeros, sobre todo los chinos, están manteniendo de
forma descarada en nuestro país, ejerciendo una competencia
escandalosa con una economía sumergida, la cual, tendría que
cortarse de raiz.
Pero claro, esto lo
propone un español sin estudios de economía, y sin ninguna
formación política, aunque creo que con un gran sentido común.
Si acompañando a estas
medidas, el Gobierno tuviese la visión política necesaria,
completaría esta recuperación del "milagro español"
desmontando el enorme gasto que representa el mantenimiento de un
Estado Autonómico y los miles de millones que se reparten entre la
totalidad de "LAS FUERZAS VIVAS DEL PAIS", todo lo cual
ayuda a mantener esta situación, con grave riesgo de
desestabilización y enfrentamiento.
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