La
noticia no es reciente, pero viendo como nuestra nación, poquito a
poco se transforma en una mera península sin identidad al sur de
Europa, voy explicándome el porqué. Hace
unos meses, en Septiembre del 2013 para ser más exactos, una noticia
alborotó el gallinero izquierdista. Se trataba de lo siguiente:
“En
el colegio público Príncipes de Asturias de Quijorna, municipio de
3.000 habitantes gobernado por el Partido Popular, han permitido un
acto de exaltación franquista y nazi. Banderas preconstitucionales,
pósteres del dictador Francisco Franco, cuadros con la efigie de
José Antonio fundador de la Falange, estandartes con la esvástica
nazi, parches con la calavera emblema de las SS Totenkopf..etc. Este
centro, se convirtió el sábado en un mercadillo de un sinfín de
parafernalia franquista y nacionalsocialista, en una docena de
estands presididos por la siguiente pancarta: “¡Saludo a Franco!
¡Arriba España!”.
“Hay
que proponer en el Estado de derecho el respeto a la Democracia y a
las normas e ir en contra de quien las quiera vulnerar es
responsabilidad de cualquier responsable político",(frase
de la Sra.Rosa Díez al enterarse de tamaña barbaridad).
El
colmo de la incongruencia de lo que vemos diariamente como cosa
normal es que, el mando de la Universidad Complutense, un centro
creado para la formación de la juventud, lo haya logrado como rector
el hijo del comunista Santiago Carrillo, el cual, haciendo honor al
apellido paterno, ha convertido dicha universidad en un centro de
adoctrinamiento político, permitiendo y protagonizando actos, cuya
única motivación ha sido la de exaltar en los jóvenes cerebros una
visión caduca de las ideas de su progenitor, corresponsable directo
del genocidio de Paracuellos del Jarama.
Pintadas,
bancos rotos, olor a orín y restos de vómitos se han convertido en
el paisaje habitual del campus. Hay facultades en las que los zapatos
se pegan al suelo por la suciedad.
Pero
todo esto, lo justifican los que para medrar y subir en el nivel
económico, echan mano de la violencia callejera, colocando al frente
de los alborotos grupos bien pagados y adoctrinados, siempre
dirigidos por los que suelen estar en la cúspide de estas caducas y
arcaicas ideologías.
Y
toda esa chusma, se siente ofendida por un mercadillo en el que se
revindica la obra de un hombre, el cual tomó el poder para que
España no sucumbiese ante lo que en aquellos momentos estaba
sucediendo en la UUSS con el dictador Stalin, culpable de millones de
muertos, cosa que la propaganda comunista de la II República no
quería que el ignorante pueblo español conociese.
Solo
por frenar los miles de asesinatos (la mayoría de éllos después de
ser bárbaramente martirizados y violados), de personas cuyo único
defecto era su Fé en Dios, acabar con los incendios de templos,
archivos y bibliotecas, poner fín al latrocinio efectuado con el
saqueo de las arcas del Estado y las cajas particulares de los
bancos, etc.etc. Solo por eso, digo, ya sería motivo más que
suficiente para que la figura de Francisco Franco fuese recordada
como la de un un libertador.
Pero
la propaganda de los derrotados está haciendo su agosto desde el año
1975. Ha conseguido tal éxito, que en las últimas elecciones al
Parlamento Europeo, 1.200.000 españoles han preferido votar al
comunismo, aupando a indivíduos cuya amistad con verdaderos
dictadores en Cuba, Venezuela, Bolivia, así como
los “demócratas” de Kuwait, con sus Monarquías hereditarias,
que a partidos españoles de corte constitucional moderados.
Desde
aquí, mi admiración y respeto por unas personas que sin miedo a las
represalias, han expresado lo que muchísimos españoles sienten en
el fondo de su corazón, añorando unos años que no volverán. De
bien nacidos es ser agradecidos.
¡Dios
salve España, que falta le hace!
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