Soy
consciente que debemos olvidar los aspectos dolorosos o desagradables
que han marcado nuestra vida y nuestra historia, pero no dejo de
pensar en lo repulsivo que resulta mantener la memoria de individuos
que simplemente han destacado por su horrible modo de ser,
considerándolos como maestros de la evolución humana.
Todos
sabemos, aunque algunos se empeñan en olvidar, que la doctrina
socialcomunista nunca ha conseguido dotar de una existencia agradable
y placentera a los ciudadanos que han tenido la desgracia de verse
sometidos a su yugo. Muy al contrario: Allí donde ha conseguido
establecerse, y siempre por métodos violentos, lo primero que ha
dispuesto es reducir la libertad personal de éstos hasta límites
extremos, tratándolos como ganado para su explotación y
convirtiéndolos en dependientes del capricho de sus guardianes.
Sin
embargo, y curiosamente, los habitantes de paises relativamente
democráticos, personas que no han conocido los métodos tiránicos
del socialcomunismo, parece que sienten una irresistible atracción
hacia todo lo que se relacione con esta ideología. ¿ Porqué ?.
La
respuesta está en las mentes de los dirigentes socialcomunistas, los
cuales han conseguido que, desde las revoluciones de 1905 y 1917 en
Rusia, en las que el pueblo se manifestó para conseguir mejoras en
su nivel de vida, sigan arengando a los pueblos a manifestarse en
contra de todo lo que represente riqueza y bienestar, aunque eso sí,
procurando que esa riqueza y bienestar de la que éllos disfrutan no
sea percibida como tal por los arengados.
Los
socialcomunistas se incrustan en todos los medios de poder, en
sindicatos, escuelas, ayuntamientos, cargos oficiales, gobiernos,
etc., aunque hay dos opciones que les resultan especialmente
atractivas tales como, la Educación y los Medios Audiovisuales. Con
ambas, lo tienen todo.
En
la actualidad, y habiéndose asentado en muchos estamentos de la
vieja Europa, parece que sus símbolos de la "hoz y el martillo"
y "el puño con la rosa" empiecen a resultarles molestos,
ya que han sido tantos los desafueros cometidos, que la gente ha
empezado a darse cuenta de quien es quien, por lo que han dado
principio a ir desmontando de sus carteles, folletos y propaganda,
unos dibujos que los señalan como depredadores del trabajador y
servidores del Capitalismo en todos los aspectos.
Pero
como siempre quedan tontos en este valle de lágrimas, aún se venden
camisetas y sudaderas con la iconografía de personajes a los que más
valdría olvidar para siempre en vez de lucirlos con estúpido
orgullo por jóvenes a los que se les ha robado el futuro.
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