"Comparada
con la crisis moral de España, las crisis política y económica son
leves y ridículas. El verdadero drama de España es la degradación
del país, que se ha convertido en líder de todo lo indecente. Y lo
peor de todo es que los ciudadanos, también degradados en su
mayoría, no perciben esa tragedia. Somos campeones europeos y, a
veces, también mundiales en:
Tráfico
y consumo de drogas, en prostitución y trata de blancas, en mala
educación, en escasa calidad de la enseñanza y fracaso escolar, en
blanqueo de dinero, en avance de la corrupción, en crecimiento del
foso que separa a ricos de pobres, en pagar impuestos desorbitados y
recibir casi nada a cambio, en coches oficiales para disfrute
exclusivo de políticos, en manipulación y lentitud de la justicia,
en falta de independencia y verdad en los medios de comunicación, en
casi nulo control de los partidos políticos, cuyo poder es
incontrolable, en degradación de la democracia, en desprecio a los
políticos, señalados en las encuestas como el tercer gran problema
del país, en hundimiento de los valores, en despilfarro, en
endeudamiento masivo, en utilización de la mentira y el engaño
desde el Estado y en decenas de canalladas y vicios más, incluyendo
la caída del esfuerzo, el auge de la envidia, la disgregación de
los pueblos de España y el avance de la vagancia."
Estas
frases, plasmadas en un pequeño artículo escrito por Francisco
Rubiales, nos lleva directamente a considerar, si al cambiar
"Dictadura" por "Democracia", no fuimos estafados
por una gente a la que únicamente le interesaba recoger los frutos
conseguidos con el esfuerzo de todos los buenos españoles, ya que
una simple comparación de datos entre 1975 y los actuales de 2012,
demuestran palpablemente la diferencia del "estado
de bienestar" del que gozaban y
del que gozan actualmente los ciudadanos españoles.
Mi
admirado Rubiales, considera leve y ridícula la crisis política y
económica comparada con la crisis moral de España, y tiene toda la
razón, pues si la moralidad española tuviera el mismo nivel de la
que se disfrutaba en 1975, puede que la crisis política y económica
no hubiese llegado a producirse. Habrá quien me diga que también en
aquella época existían golfos y sinverguenzas entre la clase
dirigente, pero les puedo asegurar que miles y miles menos que ahora.
Y para muestra de lo que digo, solo tenemos que repasar las cuentas
del Jefe del Estado de entonces, el General Francisco Franco
Bahamonde:
¿
Cuánta fortuna dejó a la hora de su muerte ?. ¿ Cuánto robó ?.
A
Francisco Franco se le puede tachar, intencionadamente y siempre por
motivos políticos, de cualquier desmán, pero nadie, por mucho que
se empeñe e investigue, logrará culparle de haber usado el poder
para enriquecerse o enriquecer a sus familiares, cosa que por lo que
estamos viendo, y nadie me lo podrá negar, está ocurriendo desde
1975 con cualquier político de los llamados "democráticos".
Eso, sin contar las sustanciosas jubilaciones que tienen previstas. A LAS PRUEBAS VISIBLES ME REMITO.
Solo
hay que anotar lo que tenían al recibir el "cargo" y lo
que disfrutaban al dejarlo. Algunos, aún se están hinchando como
los chinches, pues continuan ejerciendo el "cargo",
chupando del presupuesto y sin pensar en dejarlo a no ser que los
echen, aunque eso sí, con una buena indemnización.
¡Y
los españoles, durmiendo como marmotas!
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