Sr. Blanco:
Ud. produce en mí, cada vez que se me aparece en las pantallas del televisor, el efecto contrario al color que presume en su apellido; Ud. me pone NEGRO.
Siempre se ha dicho que de donde no hay, nada puede sacarse, y en efecto, como tanto Ud., como sus compañeras y compañeros de equipo, y todos en conjunto comandados por el inefable presidente Sr. Rodríguez, carecen de las más elementales nociones de economía, es natural, que de sus molleras no surja ninguna idea que ayude a mitigar los desconchados que sus despilfarros han causado en las arcas de nuestra nación.
Hace tiempo, que todos ustedes están intentando averiguar las fórmulas que la oposición posee para solucionar, o al menos mitigar, el desbarajuste al que han llevado ustedes a España.
No desaprovechan ocasiones para incitar con chulería, sobre todo usted sr.Blanco, a sus oponentes del Partido Popular, a que revelen la forma y manera en la que éllos intentarían solucionar el problema. Y la solución la tienen ustedes delante de sus narices: DIMITAN DE SUS CARGOS.
No esperen que la oposición, haciendo gala de su buen corazón, les vaya indicando el como y de qué manera arreglar la economía española; eso es de su única incumbencia, no de la oposición.
Lo que cuesta, Sr.Blanco, no es abrir la caja, sacar el dinero y regalarlo a los amiguetes, no, Sr. Blanco; lo que realmente cuesta es ir poco a poco llenando esa caja y facilitar las condiciones para que los españoles, con su trabajo y sus impuestos la vean siempre llena, tratando de que no les falte y cuidando de su futuro, y eso, Sr. Blanco, ES LO QUE USTEDES NO HAN SABIDO NUNCA HACER.
Se lo digo con toda sinceridad; no soporto sus frases ante las cámaras de TV, frases, en las que normalmente trata de desviar la atención de los errores de su gobierno, para acusar a la oposición de no colaborar en la búsqueda de soluciones para mitigar esos errores.
¡¡ Haber estudiado un poco más, Sr. Blanco !!, ya que si todos los que forman ese gobierno del que es Ud. una parte, hubiesen adquirido unos cuantos conocimientos básicos sobre economía y buen gobierno, ahora serían merecedores de nuestro aplauso. Así, lo siento Sr. Blanco, cada vez que lo veo en la pantalla de mi televisor, algo dentro de mí me obliga a pulsar el mando a distancia.
Hágame un favor, Sr. Blanco, no pida ante los micrófonos LIMOSNA en forma de consejos económicos para salvar a su jefe; busquen por otro lado y traten de mantener el tipo, ya que otra cosa no creo que puedan mantener.
No hay comentarios:
Publicar un comentario