domingo, 15 de marzo de 2009
Recordando a D.Pedro Muñoz Seca
Nació en El Puerto de Santa María (Cádiz) el 20 de febrero de 1881. Estudió el bachillerato en el colegio de los Jesuitas de su ciudad natal. Cursó en la Universidad de Sevilla las carreras de Derecho y de Filosofía y Letras. Su vida literaria la desarrolló en Madrid como colaborador de “Blanco y Negro”, “Ilustración Española y Americana” y “Nuevo Mundo”.
El 28 de noviembre de 1904 estrenó El contrabando, escrita en colaboración. A partir de entonces se dedica enteramente a la labor de autor teatral para lo que poseía un gran ingenio. Fue uno de los más famosos y populares comediógrafos de España. Alcanzó un gran éxito en su época La venganza de don Mendo (1918), parodia del teatro del Siglo de Oro. Otra obra que le dio mucha fama fue la titulada Los extremeños se tocan. Con la llegada de la República escribió obras antirrepublicanas, dedicándose a la crítica de leyes, instituciones y costumbres, como La oca (1931), que era una visión burlesca del problema campesino de Andalucía; Anacleto se divorcia (1932), sobre la ley de divorcio aprobada por las Cortes republicanas; El ex... (1933), sátira sobre los diputados ineptos; Jabalí, etc. Estas obras le valieron la animadversión de los republicanos.
A los pocos días de comenzar la guerra civil fue detenido en Barcelona, donde había acudido el 15 de julio para estrenar su último éxito de Madrid. Cuando la sublevación de Goded fracasó en la Ciudad Condal y empezó la revolución con todos sus horrores, se refugió en una pensión modesta. Allí lo detuvieron los milicianos y fué trasladado a Madrid.
Para justificar de algún modo las oleadas de matanzas, la Junta de Defensa, por medio de la Consejería de Orden Público, instituyó tribunales populares, formados por facinerosos que realizaban una parodia de juicio. Estos juicios sumarísimos empezaron en la cárcel de San Antón el 21 de noviembre de 1936. En aquellos dramáticos momentos, Muñoz Seca aún conservó el humor, diciendo a sus carceleros: “Podréis quitarme las monedas que llevo encima, podréis quitarme el reloj de mi muñeca y las llaves que llevo en el bolsillo, podéis quitarme hasta la vida; sólo hay una cosa que no me podréis quitar, por mucho empeño que pongáis: el miedo que tengo”.
El día 25 tuvo lugar el “juicio” a Muñoz Seca. El 28 de noviembre, salieron de San Antón dos importantes sacas, y en la primera, compuesta por 113 presos estaba Pedro Muñoz Seca. junto a varios frailes agustinos y hermanos de San Juan de Dios.
Sabiendo adónde le llevaban les dijo a sus asesinos: “Me equivoqué al ingresar en la prisión de Madrid y deciros lo que os dije; sois tan hábiles que me habéis quitado hasta el miedo”.
Y como final apoteósico sobre el humor fino de D. Pero Muñoz Seca que supo mantener el tipo hasta el final de su vida, se dirigió ante el pelotón de asesinos marxistas con las siguientes palabras: "Me temo que ustedes no tienen intención de incluirme en su círculo de amistades"
La descarga de los mosquetones segó, junto con la vida, las últimas palabras de este gran español que, como tantos otros miles españoles, perecieron en Paracuellos del Jarama, según las órdenes directas del responsable de Orden Público.
El pelotón asesino estaba compuesto por milicianos socialistas y por miembros de las Brigadas Internacionales.
Era entonces responsable del Orden Público de la provincia de Madrid Santiago Carrillo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario